La oración no debe ser conmovida por la circunstancialidad de la causa, debe ser movida por la convicción del propósito. Se ora por convicción y no por causalidad, en la firme persistencia de alcanzar aquello que es motivo de oración. De acuerdo a la Biblia, hay motivos por los que se deben orar. Comencemos en la práctica de Lucas 10:2 que indica la oración en favor del involucramiento de la iglesia en la obra del Señor. ¿Cuántas personas no han sido persuadidas en la necesidad de colaborar en la obra del Señor? He ahí un propósito de oración: “Señor, envía obreros a tu mies”, levanta misioneros y sostén aquellos que ya están predicando en el campo, inquieta corazones para que te sirvan llevando tu Palabra en un grupo celular y dando testimonio de ti a sus vecinos, conocidos, amigos y familia porque la mies es mucha y pocos los obreros.

Ruega al Padre en la convicción que la iglesia debe involucrarse llevando el mensaje de salvación a las naciones pero también en su entorno inmediato. Haz tu lista de propósitos de oración comenzando por éste: ora por misioneros (llamado y sostenimiento) y por creyentes que se sumen al trabajo de evangelización y discipulado. Que el Señor escuche el clamor y fervor de su iglesia rogando para un involucramiento en su obra pero también vea la disposición en servicio como respuesta a la oración.

Pbro. Jonathan Lozano Luna