La Biblia da motivos para los cuales la iglesia debe orar. En el boletín pasado se comenzó la lista encabezándola Lucas 10:2: orar por el involucramiento de la iglesia en la obra del Señor mediante el cumplimiento de evangelización y discipulado, y el envío de misioneros hasta lo último de la tierra orando para su sostenimiento y respaldo espiritual. Ahora léase 2ª Timoteo 2:1 y 2 quien señala un segundo propósito de oración: Por todos los hombres y los gobernantes.

Orar abre el camino hacia la bendición, es la brecha que lleva al destino de establecer el reino de DIOS en cada situación. La iglesia inmersa en la sociedad es a través de su oración que hará la diferencia, orar no lleva a la nada sino tiene promesa de respuesta que modifica cada circunstancia. ¿Cómo orar bajo la necesidad social que atraviesa el país?

1. Que la ley de DIOS sea en el corazón del hombre “Por todos los hombres”. No es a través de un régimen político que la sociedad sea transformada, es mediante la ley de Jehová que es perfecta que convierte el alma (Salmo 19:7). Que la Palabra de DIOS encarnada (Jesucristo) sea en cada corazón para que provoque una restauración al tejido social.

2. El Señor dé entendimiento a los gobernantes “todos los que están en eminencia”. La crítica no resuelve nada, en cambio, orar, es la oportunidad de la iglesia para pedir por sus gobernantes. Sea la oración a favor de ellos, para que en su corazón haya honestidad, integridad, y justicia para desempeñar su labor. Que cada gobernante conozca a Cristo como Señor y Salvador.

La oración no es la pasividad de la iglesia es la acción de DIOS ante el clamor y fervor de ella. Las grandes batallas se ganan desde el aposento, por “inofensiva” que se vea la iglesia orando es más poderosa que un arsenal porque acude a Aquel que todo lo puede.

                                                                                                      Pbro. Sergio Jonathan Lozano L.