El mundo necesita recibir el testimonio de quién es DIOS en la iglesia y no una versión del cristianismo basada en quién es ella. No se da el testimonio de DIOS sino una versión tergiversada de su Camino y enseñanzas cuando su luz es apagada por la iglesia.
Se cuenta de un hombre al que le fue encomendado cuidar de una vela. Su propósito sería no permitir se apagara la luz por su falta de esmero y descuido porque de suceder representaría el final de su vida. A pesar de los vientos y lluvia debía cuidar de no apagar la vela. Debería tener esfuerzo para siempre conservar encendida la vela y que los demás no se extraviaran al fijar sus ojos a la luz de la vela que portaba. De apagarse, los demás dejarían de ver la luz para extraviarse en la confusión y desorientación de su oscuridad.
La Biblia dice que Jesucristo es la luz del mundo. Si la luz de Cristo es apagada por la iglesia el mundo no verá su Gracia, verá su falta de permanecer en Él. Se debe cuidar que la vela no sea apagada no siendo la cuestión la necesidad de la ausencia de vientos y lluvia sino de a pesar de toda adversidad esmerarse en cuidar que la luz de Cristo no sea apagada por la negligencia de perseverar y orar.
Si cada vez que se es probado aflora la falta de paciencia, confianza y esperanza la luz de Cristo estará siendo apagada, ya el mundo no recibirá el testimonio de quién es DIOS sino una versión a partir de la oscuridad de la iglesia. promesas…
La iglesia tergiversa el testimonio cuando tiene necesidad y no sabe esperar, cuando vive un conflicto y no acude a la oración, cuando siente miedo y olvida las promesas… En tal caso, no testifica al mundo sino da una versión del cristianismo a partir de lo que siente y no de Aquel en quién cree.
¿Qué sucedió con Esaú al vender su primogenitura? Dio una versión de DIOS a partir de él. El cansancio y hambre logró distorsionar su identidad hasta renunciar a su bendición (Génesis 25:30, 31). Tener cansancio y hambre no apaga la luz de Cristo sino el no refugiarse en sus promesas. (Mt. 11:28 – 30, 1ª Pedro 5:7). Una circunstancia adversa a la fe puede tergiversar el testimonio de DIOS reduciéndolo a una versión que no habla de Él sino de la falta de fe, santidad, constancia de la iglesia, que luego el mundo vincula con DIOS y expresa: “por eso no creo en los cristianos” “¿Para qué creer en Cristo… para ser como él (aludiendo a la persona que no ha dado el testimonio debido)?”. Es una lamentable realidad que muchos vecinos, amigos, conocidos, compañeros de escuela y trabajo, familiares, reciben una versión del cristianismo al ser la iglesia mal testimonio. Ya no ven la luz de Cristo sino la oscuridad de la iglesia. Esaú, dio una versión y no el testimonio de quién es DIOS en él, en cambio, José, un joven temeroso y sabio en el Señor, al momento de ser tentado define la tentación como la ocasión para ser fiel (Génesis 39:9), resistiendo y testificando quién es DIOS en él. Su vela diligentemente cuido de no apagarla con sus impulsos que lo llevarían a acceder a la propuesta de la mujer y caer en la tentación.
Pregúntate: ¿Estoy dando una versión del cristianismo a partir de mi o el testimonio de quién es DIOS al conservar su luz en mi vida? No permitas que la luz de Cristo se apague en tu vida porque entonces el mundo verá una versión de Él a partir de tu oscuridad.
Pbro. Sergio Jonathan Lozano Luna