Wasihngton #513 Ote. Monterrey N.L. 8:00 a.m., 10:00 a.m., 12:00 p.m., 2:00 p.m. y 6:00 p.m.


Y ES HERMOSA LA HEREDAD QUE ME HA TOCADO. (Salmo 16:6)


¿Que significa ser pastor realmente? Tengo 31 años de ministerio pastoral, y en este corto tiempo he aprendido que:
Es mas más importante agradar a Dios, que agradar a la gente. Que la gente, es mas importante que las actividades, que lo administrativo, que la agenda. Que el título o las credenciales que tengas no importan, si estas no se traducen en amor y servicio a los demás.

Que debemos amar a la gente, y esto significa: atenderla, cuidarla, proveerle guiarla, discipularla y hasta disciplinarla. Que la Heredad que me ha tocado, el llamado que Dios me dio, no lo cambiaría por nada, ni por nadie. Que en todo momento debo hacer el bien a todos, ayudándolos, pero, no haciendo el trabajo por ellos. Hay que enseñar a pescar, no darles siempre el pescado. Que un aspecto importante de prioridad en mi vida debe y seguirá siendo mi familia, es mi primera misión; daré cuentas a Dios por ellos. Que el aspecto devocional en mi vida es VITAL, no hay programa, libro, carrera, que supla y nutra mi vida, como lo hace el Señor en mi intimidad con él. Que debo cuidar el “templo del Espíritu Santo”; mi cuerpo, alimentándome bien , y teniendo rutinas de ejercicio que me mantengan sano. Es pueril alegar “Dios es mi sanador” cuando no obedezco sus mandamientos de cuidarme. Que la Oración es insufrible, insustituible, e increíble. Me deja ver lo que no es, ver lo invisible, creer lo imposible. El calor del Espíritu Santo, es hermoso, y ver su guía en mi vida, siempre da buenos resultados. Honrar a Dios con mi tiempo, con mis finanzas, abre ventanas de los cielos a mi vida. Honrar a mis compañeros consiervos, tratando de bendecirlos, no injuriandolos, siempre viendo la manera de enriquecerlos. La gente siempre me recuerda por LO QUE HICE en su vida y familia, difícilmente por lo que enseñé o prediqué.

Creo que me falta mucho por aprender, Dios quiera darme suficiente tiempo y oportunidad para hacerlo.

Obispo Fernando Fuentes Amador.