Wasihngton #513 Ote. Monterrey N.L. 8:00 a.m., 10:00 a.m., 12:00 p.m., 2:00 p.m. y 6:00 p.m.


VENCER LA ANSIEDAD Y EL TEMOR


El Salmo 23:1-3 dice: “El Señor es mi pastor; tengo todo lo que necesito. En verdes prados me deja descansar; me conduce junto a arroyos tranquilos. Él renueva mis fuerzas. Me guía por sendas correctas, y así da honra a su nombre”. Vivir en el descanso del alma es una consecuencia de estar en comunión con Dios, no tiene tanto que ver con nuestro entorno. Hay quienes poseen todo lo que quieren, y aun así viven ansiosos temiendo perderlo, y hay quienes no lograron lo que desean, y viven ansiosos temiendo nunca tenerlo. Puede haber dos personas haciendo el mismo trabajo, en el mismo lugar, con el mismo tiempo límite, sin embargo, una lo hace con calma y la otra llena de ansiedad y preocupación. Cristo es en nosotros, todo lo que nosotros necesitamos. Él manifiesta su poder de acuerdo a nuestra necesidad. Cuando dejamos que la presencia de Dios nos llene, seremos capaces de soportar lo que antes nos irritaba; podremos controlarnos cuando antes nos dejábamos llevar por la ira y la ansiedad. El Señor nos conducirá junto a arroyos tranquilos, esto significa un estado de confianza y paz, nos renovará las fuerzas, nos guiará por la senda correcta y así daremos honra a su nombre. Y el nos guiará por sus sendas a lo cual nosotros, sin ÉL no sabríamos a donde caminar puesto que sin Él nuestra vida sería una vida, fría  de confusión, de ansiedad, tropiezo, quizá ambiciones, de todas clases, o simplemente sin fe, que es ésta la cual, nos mueve en nuestro diario vivir confiados que Dios es el que nos guía por camino seguro y aun cuando estemos pasando por situaciones difíciles, sabemos que estamos bajo su protección puesto que como hijos de Dios, confiamos que Él nos lleva por caminos de bien y no de mal, para darnos una esperanza, y en la cual en esa esperanza vivimos, como hijos de Dios.

Josefina Pecina Hernández