Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Ec 3:1
En nuestro contexto, en esta ciudad en donde nos tocó vivir, la vida va muy a prisa. El trabajo, la escuela, los trabajos nos absorben, y en muchas ocasiones nos sentimos asfixiados, y deseamos con todo nuestro corazón poder tener un tiempo para descansar y olvidarnos de la rutina.
Como jóvenes tenemos una gran bendición: las vacaciones. Cierto que durante los períodos de clases estamos corriendo constantemente, pero cuando llegan las vacaciones, o simplemente cuando se están acercando nos inunda unas ganas inmensas de hacer planes para irnos a la playa, a conocer otra ciudad, o simplemente de descansar.
Sea cual sea la decisión final, el plan más importante es: hacer lo menos posible y descansar. Pero, ¿qué tal si en estas semanas que te quedan piensas un poquito diferente? ¿Qué tal si por un instante, sales de ti, y ves a tu alrededor? Sí haces este ejercicio conmigo, te podrás dar cuenta que a nuestro alrededor hay mucho por hacer.
Y es muy cierto lo que dice la Palabra, que hay un tiempo para todo, y es por eso que quiero lanzarte un reto. Estás en la mejor etapa de tu vida, físicamente tienes fuerza y energía, también tienes la ventaja de que aún no tienes familia, ni quien dependa de tu salario, o de tu tiempo así es que puedes moverte con mayor facilidad.
Así es que aquí va el reto, ¿Qué tal si estas vacaciones haces algo que trascienda? Santiago nos insta a ser hacedores de la Palabra: “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.” St 1:22
Y después nos dice algo muy interesante y revelador:
“La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.” St 1:27
Y si hicieras algo así? ¿Qué tal si te organizas con tus amigos de la iglesia y haces un plan para ayudar a los más necesitados, y mostrarles de forma práctica y tangible el Reino de Dios?
Te aseguro que es la voluntad de Dios, y que él te bendecirá, si buscas con sinceridad ser misericordioso con quienes no conocen su amor.
El reto se ha lanzado, por mi parte estaré orando por ti, para que sea Dios quien ponga en ti el querer tanto como el hacer. Y si necesitas algunas ideas, búscame, seguro que pueda darte una que otra.
Ma. Fernanda Casar Marfil