Demuéstrale a Dios que para ti él es lo más importante.
Dale de lo que tienes y de todo lo que ganes;
así nunca te faltará ni comida ni bebida. Proverbios 3:9,10. (TLA)
Desde el principio Dios diseñó al hombre para que este honre a su creador y sustentador de diversas maneras; cada manera de honrar a Dios, es una forma de honrarse el hombre a sí mismo; es como cuando el esposo, entre más honre a su esposa, más se honra él. O cuando un hijo honra a sus padres, a sí mismo se honra.
Desde Génesis, el libro de los inicios, la Biblia nos muestra como el hombre ha honrado a Dios en forma material, trayéndole de sus cosechas y de su ganado, y de toda forma de bienes materiales. Cuando vemos la historia de Job, encontramos que era un hombre que honraba a Dios con su conducta, sus ideas, sus palabras, su familia, sus devociones y sus bienes. He aquí un comentario del hermano Hof, acerca de ese gran ejemplo:
“El libro de Job nos habla sobre realidades que experimentan tanto los hombres de la antigüedad como algunos de los de hoy; ser víctima de la violencia de hombres y de las catástrofes naturales, perder todos sus bienes, seres amados y hasta su salud; ser atormentados de las dudas acerca de los caminos de Dios, desesperarse y, lo peor de todo, sufrir la crítica injusta y cruel de otros. Sin embargo, pocos hombres habrán experimentado más de una fracción del padecimiento de Job. Además, todo esto le sucede a un hombre piadoso, caritativo y de carácter intachable.”
Con todos sus sufrimientos y pérdidas, este hombre siguió honrado Dios contra todos los pronósticos del diablo, de la gente y hasta de su esposa.
De la misma manera nosotros en este tiempo, hemos de decidir honrar a nuestro creador, sustentador y Salvador, sin condiciones, sin reservas, sin pretextos ni excusas y sin interrupciones, como tanta gente lo hace, debido a su futilidad en relación con Dios; y su inestabilidad espiritual, emocional y doctrinal; que solo sirven y honran a Dios por temporadas, solo cuando les va bien a unos, mal a otros y muy, muy mal a otros más; solo cuando se sienten bien en su ánimo, cuando simpatizan con sus pastores o guías espirituales y estos les dan por su lado.
Cuando Dios nos habla en Proverbios 3:9,10: Demostrándole que él es lo más importante para nosotros y honrándole de nuestras ganancias materiales o financieras, de acuerdo a lo que Dios mismo nos enseña en su Palabra; nos está diciendo que los primeros beneficiados seremos nosotros, pues Dios promete que de esa forma, abundaremos más en nuestros ingresos y seguiremos prosperando en nuestros negocios y trabajos. Por lo que la exhortación final de esta reflexión es: HONRA A TU DIOS CON TUS BIENES.
Pbro. Lorenzo Reséndiz Arvizu.