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UN AYUNO PODEROSO


Dios nos lleva al límite de nuestras fuerzas y fe para sacar la valentía desconocida. Aparentemente para Ester y los judíos, no había una salida para escapar de la espada, ella no podía revocar lo dicho por el propio rey aconsejado por el malvado Amán, se acababa de declarar un edicto de muerte contra su pueblo,  no era el momento de vestirse con ropas reales y  finos collares para apelar ante dicha sentencia. ¿Qué podía hacer? El pueblo judío estaba sufriendo. «Y en cada una de las provincias y en todo lugar donde llegaba la orden del rey y su decreto, había entre los judíos gran duelo y ayuno, llanto y lamento; y muchos se acostaban sobre cilicio y ceniza» Ester 4:3

No era el momento de ignorar la apremiante necesidad de intervenir, después de todo ella sabía que para eso había llegado al reino, para ser un instrumento de bendición que cambiara la vida de miles de personas amadas por Dios, los judíos, el especial tesoro de Dios. Ester creció al lado de su primo Mardoqueo y aprendió en su orfandad que el silencio era un arma poderosa, hermosa y con una gracia especial, se ganaba el cariño y admiración de quienes la rodeaban. Y sabía que debía ir más allá del rey físico, más allá del hombre poderoso y pasar las líneas de un imperio majestuoso, intercambiar la muerte por la vida no era una simpleza. Su misma vida para el rey era importante. Entonces da la orden y dice: «Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca» El favor que debía obtener era el de Dios, ese Dios real y verdadero que Mardoqueo le enseñó desde niña, sería el único que abriría la puerta para salvarse. Ayunar es ofrecer a Dios un sacrificio de adoración, es sujetar la carne al Espíritu,  experimentar esas palabras de Jesús venciendo al diablo cuando éste lo tentó justo en el punto de una necesidad natural, la de comer, «no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios» Mt. 4:4. Ayunar es un silencio  en la tierra para provocar que el cielo, se incline a nuestro favor, no es sencillo ni fácil sobre todo cuando se tiene la mirada en las cosas materiales, pero cuando hay un quebranto, y él único que puede cerrar las puertas malignas hay que venir al Dios Todopoderoso. Estamos en un tiempo de ayuno y oración para clamar y ser escuchados. ¿Ya vino a orar al templo? ¿Tomó la convocatoria del ayuno con seriedad y responsabilidad? Hoy es nuestro 8º. Día, aún puede unirse, el cielo está registrando las peticiones del corazón de la iglesia. Necesitamos personas que lleven su ayuno al único Dios Soberano que escucha y vuelve atrás a los enemigos.  Se fija que … en la historia de Ester, ¿todo se volvió a la inversa? «los judíos se impusieron sobre sus enemigos” (9:1,2).  Le esperamos en la capilla durante la semana.  Dios no guardará silencio, seguro él responderá con poder.                                                                                DIOS LOS BENDIGA ABUNDANTEMENTE.

Magda Saldaña De Lozano