Durante la semana leí un artículo en un diario deportivo, en él se mencionaba cuando los “ídolos” cometen errores. El autor ponía de ejemplo a dos deportistas destacados: Lance Armstrong, quien se sobrepuso al cáncer para ganar en siete ocasiones el Tour de Francia, que admitió que usaba sustancias prohibidas y Oscar Pistorius, quien tiene amputación en ambas piernas por debajo de las rodillas y compitió en las ultimas olimpiadas, que fue acusado de asesinar a su novia. El autor llegaba a la conclusión que los atletas son humanos y no se les debe exigir ser ejemplo en su vida privada. El argumento suena lógico y convincente, humanamente hablando. Respecto a ser ejemplo Pablo le escribió a un joven Timoteo lo siguiente:
Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. 1 Timoteo 4:12 (Reina-Valera 1960)
Esto aplica a todos nosotros como seguidores de nuestro Señor Jesus, ser ejemplo:
I. en palabra. ¿Cómo son tus palabras? ¿Hay mentiras, maledicencia? ¿Cómo son las pláticas con tus amigos? ¿Cumples lo que prometes?
II. En conducta. . Siendo responsable en todo, sea la escuela o el trabajo o en la casa. Tratando con respeto a los demás. Actuando con madurez
III. En amor. El amor no prejudicial, el amor perdona, el amor ayuda, el amor sobrelleva
IV. En espíritu. . Al ser “e” minúscula habla de nuestro espíritu. ¿Cómo está tu vida espiritual? ¿Social y familiar?
V. en fe. Habla de fidelidad, habla de confianza
VI. en pureza Rechazando las tentaciones, manteniéndose en santidad.
Tal vez no tengas todos los reflectores sobre ti como estas dos personas pero se nos pide ser ejemplo. ¿Eres ejemplo a tu familia, compañeros de trabajo/estudios, vecinos, etc?
Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; 1 Pedro 2:21
Yared Cepeda