No es muy bíblico pero lo hemos oído cientos de veces ¿no? Algo más bíblico sería no ofrecer nada que no me cueste, si haces algo hazlo como para Dios y no como para los hombres, el que es santo santifíquese todavía es decir, la excelencia es un concepto inherente a nuestro Dios quien nos hizo perfectos, hizo una creación perfecta y tiene en sus manos la capacidad de la excelencia que se refleja en todo lo que ha hecho. El lado contrario es la mediocridad que también tiene contexto bíblico y a Dios no le gusta (ap. 3:16 entre otros).
Si vas a comenzar el 2015 comienza bien, sigue bien y termina bien, no comiences embriagándote, en diversiones y disipaciones que no glorifican a Dios, con actividades sexuales ilícitas, y otras cosas que lo único que reflejan es que el centro de tu vida eres tú mismo, mejor comienza en oración, continua en consagración y termina con fruto tanto en tu carácter como en personas a las que les compartiste. Si has estado deprimido o enojado decide gozarte en tu Dios y perdonar, es mucho más fácil de lo que crees (aunque el diablo te haga pensar que es imposible); arregla tus diferencias, especialmente con tus seres queridos y tus hermanos en Cristo, escoge ceder en lugar de reclamar siempre tus derechos (este fue el ejemplo de Jesús y esta claro en 1co 13), escoge trabajar en lugar de poner pretextos y quejarte de que no hay dinero, escoge hacer una diferencia en México con tu esfuerzo y trabajo honesto en lugar de seguir repartiendo culpas, organizando revueltas y participar de la corrupción. Siembra en otros aunque tu semilla parezca no dar fruto (así lo hizo el Maestro aun con Judas), da a otros aunque no recibas nada a cambio porque dar no es lo mismo que invertir, comparte y deja de decir que no te alcanza, siempre hay alguien que tiene menos que tú. Da gracias en lugar de esperar recibirlas o de actuar como si lo que tienes o lo que has logrado no se lo debes a nadie mas que a ti mismo, aprende de todos y pon atención escuchando aun a los que no has escuchado nunca. Métete más con Dios, demuéstrale que no estás con Él solo por lo que te da, encuentra al Maestro en la intimidad y enamórate al pasar tiempos a solas con Él (y deja de depender del profeta sin haber orado tú con insistencia); estudia la Palabra, no solo la leas, este es el tiempo de dominar la Escritura, este tiempo donde aumentan los herejes y falsos maestros que siguen negando al Maestro y enseñando otras supuestas opciones para llegar al cielo, encuentra en esa Santa Palabra consejo, dirección, aprende de los errores de los héroes bíblicos, memoriza los pasajes, “rumialos” una y otra vez de día y de noche. Decide ser menos religioso pero también más radical (es necesario hacer esto sin dejar de hacer aquello); deja de pedirle a otros que sean como tú a menos que tú ya seas igual a Cristo y por favor no te atrevas a hacer caer a otros en tus actividades de dudosa santidad (lo que tú le haces a otros y lo que tú haces por otros es importantísimo para el Señor)… Aun hay mucho que decir, pero un último consejo es que limites tus palabras porque el que ahorra sus palabras tiene sabiduría y en las muchas palabras no falta pecado… Hagamos de 2015 un gran año para México, para nuestra ciudad, para nuestra iglesia, para nuestras familias y aún para nosotros mismos…
Pbro. Efraín Reyes Bonilla