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SER MADRE


Por supuesto, yo no se que es eso, lo más cerca que he estado es ser padre y por lo mismo no pretendo escribir como si lo supiera; sin embargo Dios me ha permitido ser testigo de innumerables experiencias que me llevan a decir lo siguiente. Ser madre significa demasiadas cosas en el corazón, implica demasiados cambios en la agenda, demasiados sacrificios a nivel personal, demasiadas pequeñas alegrías, demasiados sueños y expectativas que podrían convertirse o no en realidad, demasiadas oraciones de encomienda, demasiadas tareas diarias para realizar, demasiada madurez para entender cuándo es tiempo de dejar libres a los hijos y demasiado amor para soltarlos de verdad… Y sin embargo aun a este costo, existen aquellas que pueden llamarse en verdad madres.

Y es que ser madre no es conseguir obreros a quienes pueda manipular, trabajadores que hagan mis funciones o que ganen dinero para mantenerme si me siento un poco cansada, o siervos que me fueron dados hasta que yo muera; tampoco es es poner a mis hijos arriba de Dios ni arriba de mi marido en mi corazón ni en mis actos, así como no es convertirme en líder de mi familia como si no existiera un hombre en casa. El concepto real de una madre es muy sacrificial, por lo cual muchas madres han dejado de serlo y se han convertido más en lideresas de un reino matriarcal o en mujeres que tienen hijos como otro elemento en su lista de realización personal. Sin embargo es en una madre que debe cumplirse uno de mis versos favoritos: Más bienaventurado es dar que recibir…

La palabra nos enseña a madres equivocadas y a madres que hicieron un gran papel, aprendamos del Señor lo que implica ser madre. No olvidemos hermanas que daremos cuenta de la maternidad que nos fue otorgada como herencia, sino eduquemos y formemos a siervos del Señor, que lo amen a El mas que a sus misma madres; formemos a hombres y mujeres responsables, trabajadores, no consentidos, ni egoístas, formemos en nuestros hijos el carácter del maestro.

Gracias a todas las madres que cada día siguen ejemplificando con sus vidas un verdadero y bíblico modelo de maternidad, ese que refleja a Cristo, su carácter, su agenda, su sacrificio, su amor… Gracias por su esfuerzo diario… Les amamos

Pbro. Efraín Reyes Bonilla