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SER COMO NICODEMO


Uno de los pasajes mas importantes para la fe y hondos en su contenido, es el capitulo 3 del evangelio según San Juan (en su primera parte). Se trata de una conversación entre dos profundos de la palabra; de un lado está el Señor, y del otro lado está Nicodemo, un maestro, principal entre los judíos, anciano, miembro del partido fariseo. Normalmente hablamos de los fariseos en forma negativa porque en la mayoría de los versos en los cuales ellos aparecen hay condenación, crítica, reprensión, etc.  Sin embargo los fariseos nacieron como un genuino grupo de judíos radicales que, a diferencia de los saduceos, no querían contaminarse y buscaban la santidad (traducida para ellos como el cumplimiento de toda la ley). Como en toda la historia bíblica, en medio de los pueblos donde abunda la maldad, surge un remanente, gente que busca a Dios de corazón y entendidos en su Palabra, personas sinceras que no se han amoldado a la mayoría y cuya característica inherente es su búsqueda de Dios. Nicodemo fue uno de estos, era un hombre genuinamente equivocado, al cual el maestro (aun siendo más joven que él), tuvo que amonestar para llevarlo a un entendimiento correcto de la voluntad del Padre. La plática inicia con Nicodemo confirmando el ministerio de Jesús, sin entender que el mismo Padre ya ha confirmado Su ministerio con sus propias palabras y abriendo los cielos el día de su bautismo; de modo que Jesús no responde a la adulación, sino que se mete directo al tema, explicando al anciano que debe nacer de nuevo, tanto de agua (arrepentimiento), como del Espíritu (transformación constante). Le muestra además que el que es nacido del Espíritu no es “hermético”, sino que es como el viento, cuya dirección y origen no se conocen. Nicodemo reconoce con humildad su necesidad y pregunta qué debe hacer, Jesús responde llamándole la atención en nombre de todos aquellos que no quieren recibir al Maestro, y explica:

  • Que ha descendido del cielo y es el Hijo del hombre que necesita ser levantado
  • Que si creemos en Él tendremos vida eterna y no nos perderemos
  • Que no vino al mundo para condenarlo sino para salvarlo
  • Que la condenación estriba en no creer en Él y amar más nuestras malas obras y nuestras tinieblas que a Él quien es la luz

No sabemos con certeza el efecto completo que esta enseñanza causó en Nicodemo aquél día, especialmente porque sólo se menciona a este hombre dos veces en la Biblia; por el segundo pasaje (Jn 19) sabemos que Nicodemo siguió fiel a Jesús, aunque posiblemente como un seguidor secreto. La cuestión es que cuando un hombre del año 30dC afirma ante un maestro de la Palabra que Él es Dios, sólo hay dos caminos a seguir, rasgarse las vestiduras en señal de indignación por el sacrilegio y la blasfemia que esto implica (Mt 26:65), ó reconocer que Jesús es Dios y que su enseñanza es verdadera. Tal vez tú no serías tan radical como para romper tu ropa, pero hay demasiada gente enojada que afirma con gran fuerza que Dios no existe o que Jesús es un personaje ficticio, hay otros que le toman como uno más entre los maestros y profetas del mundo, y habemos otros que hemos creído que Jesús es Dios, su mensaje es verdad y hemos decidido obedecerlo y vivir como Él nos enseñó… ¿Cuál eres tú? ¿Estas seguro que tienes razón en lo que piensas?… El tiempo dará la razón…

Pbro. Efraín Reyes Bonilla