Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos; y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a mitos. 2 Timoteo 4:3,4.
Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina; antes, teniendo las orejas sarnosas, se amontonarán maestros que les hablan conforme a sus concupiscencias. (Sagrada Escritura 1569).
Veamos algunas definiciones antes de seguir el tema:
Doctrina: conjunto de ideas o normas políticas, sociales o religiosas que rigen la manera de pensar y que son defendidas por un grupo de personas. Ej. La doctrina cristiana.
Sarna: Afección de la piel que genera un parásito. Este ácaro desarrolla túneles debajo de la piel, una acción que provoca el enrojecimiento y la hinchazón cutánea, además de causar picazón. La sarna tiene al ser humano como huésped y es contagiosa: Se transmite a través del contacto con perros y gatos u otros animales que sufren la afección.
Afección: Enfermedad, dolencia, alteración, inclinación o mudanza que causa una cosa en otra.
Las legislaciones a favor de homosexuales y en contra de la Biblia y las iglesias, entre otros, hoy son temas deliberados en las cámaras de legisladores en muchas partes del mundo y nuestro país aparece no abajo en la lista.
Estando a punto del primer centenario de nuestra Constitución, que a su vez fue una ratificación de muchas de las leyes de Reforma promovidas por Benito Juárez G. y un gran equipo hombres y mujeres ávidos de la justicia y el derecho; tristemente leemos y oímos lo que nuestros actuales legisladores deliberan para establecer leyes contrarias a nuestra sana doctrina cristiana. Pero no olvidemos que este mundo siempre ha legislado contra Dios, su Palabra y su pueblo. Por eso nuestro Señor fue a la cruz, porque las leyes de este mundo lo condenaron, por eso Pedro y Juan, un día armados de valor dijeron a sus autoridades: “ juzguen si es justo delante de Dios, obedecer a ustedes antes que a Dios.”
Por eso, cuando leemos esta profecía de Pablo que nos dice que vendrá tiempo cuando no soportaran la sana doctrina; hoy comprobamos su cumplimiento no solo en la gente fuera de la iglesia, sino aun desafortunadamente dentro de algunas iglesias hermanas, pugnando por leyes que amparen ideas y prácticas contrarias a nuestra sana doctrina cristiana: Pablo lo describe dándonos la razón por la cual esta gente piensa, oye y habla de esa manera: “Sino que teniendo comezón de oír”. Y esta otra versión dice: “antes, teniendo las orejas sarnosas”. Si como dice el diccionario, la sarna es una afección de la piel que provoca enrojecimiento, hinchazón y picazón; la afección es una enfermedad, alteración e inclinación a algo. Esto nos ilustra figuradamente, que esta gente que ya no quiere oír la sana doctrina; es porque sus orejas espirituales y mentales se han contagiado enfermándose de sarna. Al grado que solo quieren oír, hablar y actuar lo que sus oídos enfermos pueden captar: solo lo que está de acuerdo a sus concupiscencias. El diccionario define: (deseo desordenado de placeres terrenales y lujuriosos ).
El siguiente versículo dice: “Y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas o mitos”. Las fábulas que son obras literarias donde los animales hablan y actúan como seres humanos, para ilustrar con detalle alguna enseñanza; la gente ahora invierte la verdad por las fábulas, ahora su verdad son las fábulas y mitos y las verdades absolutas vienen a ocupar el lugar de las fábulas.
Nuestro compromiso como cristianos Metodistas en México y donde estamos es muy grande ahora; hemos de permanecer en la verdad, cuidándonos y vacunándonos contra el contagio de la sarna en los oídos (intelectuales y espirituales), y proclamando con firmeza, humildad, honestidad y valor: El Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, y la sana doctrina cristiana legislada en nuestro canon del Nuevo Testamento; No tenemos por qué sorprendernos de lo que se diga y se legisle contra nuestra doctrina e iglesia, tampoco espantarnos por lo que vaya a suceder; ya todo está escrito, tiene que cumplirse, solo hay que someternos a Dios antes que a los hombres, y vivir en su camino todos los días de nuestra existencia.
Pbro. Lorenzo Reséndiz Arvizu