Acabo de regresar de la Ciudad de México, siempre me ha gustado ir, ahí nací y crecí, tengo muy buenos recuerdos, familia y me parece un fabuloso atractivo turístico. Pero esta vez mi corazón se llenó de tristeza y afrenta, y es que vi cómo la maldad se ha multiplicado, la gente en general es fría a lo que la Biblia enseña y manda y está muy convencida de cosas muy equivocadas; vimos por ejemplo la libertad con la cual los homosexuales manifiestan su cariño en cualquier lugar público, vimos estúpidos anuncios a favor del aborto, al cual ya no llaman por su nombre (ahora se llama interrupción legal del embarazo) y han aprendido a justificarlo con argumentos baratos, vimos un fuerte amor por lo prehispánico y una enorme cultura del día de muertos en casi cada lugar al que fuimos (resulta que no celebrarlo parece una falta de cultura… ja!). Vimos a personas muy enojadas con el gobierno y supimos que causaron destrozos a personas y lugares que, por cierto, nada tienen que ver con lo de Guerrero. Alguien que vive allá me dijo que la ciudad se parece más y más a Sodoma y Gomorra… es posible, especialmente porque Dios les hizo ver lo equivocado de su conducta y no cambiaron, y en mi amado DF parece que tampoco habrá cambios, demasiadas personas allí tachan de ignorancia e intolerancia lo que pone en tela de juicio su conducta, no parecen dispuestos a darle cuentas a nadie, defienden en sobremanera las causas sociales pero viven sin interesarse realmente por el que vive a su lado y han aprendido a justificar sus errados y egoístas estilos de vida… Uno podría decir que estamos mejor en Monterrey… Yo creo que no, creo que no falta mucho para que vivamos estas mismas cosas, de hecho creo que las vivimos ya aunque en menor escala, aun no es tan generalizado… Pero no falta mucho, y menos si no hacemos algo, algo real, algo que cambie el corazón de la gente…
No todo son malas noticias, vi también pequeños remanentes, vi folletos evangelisticos en la entrada de un “tugurio”, leí acerca de los que convocan a orar por la ciudad, vi a un grupo de jóvenes alabar a su Dios con todo su corazón, su alma y sus fuerzas, vi gente que se preocupa de verdad por otros… Creo que si hoy Abraham preguntara ¿destruirás al DF si hubiere diez justos? la respuesta sería: aun hay justos en la ciudad.
Quien deba pagar por sus crímenes que lo haga, esto es la ley, pero si esto ocurre los mexicanos no cambiarán, no dejarán de meterse en las filas, de comprar piratería, no dejarán su promiscuidad ni dejarán de justificar sus actos equivocados… No, el cambio que requerimos es otro, el tipo de cambio que ocurrió en Israel, Asia y Europa como resultado del nacimiento de la Iglesia, el cambio que ocurrió en Inglaterra con el nacimiento del Metodismo, el cambio que se gesta primero en mi y que sólo puede ser permanente si es Dios quien lo opera en mi persona… Ore conmigo (y por favor actúe, actúe y actúe, predique y sea usted mismo un sermón de amor viviente)…Aun es tiempo…
Pbro. Efraín Reyes Bonilla