Los obstáculos aparecen en nuestro camino. Los cuatro “camilleros” quitaron el techo y bajaron al paralítico hasta la presencia de Jesús. Ellos no temieron lo que iba a pensar la gente. Hicieron lo que se debía hacer, llegando a Jesús con el enfermo. Y nosotros podemos encontrar impedimentos u obstáculos en el camino de llevar a otros a Jesús. Creemos que alguna gente es demasiado vieja o demasiado joven. O que ya tenemos demasiada gente en la iglesia.

4. Superar las Críticas. No debemos poner atención a los críticos o criticas si hemos de alcanzar a los perdidos para Jesús. Algunos se enojaron con Jesús cuando sanó al hombre según el relato de Marcos. Eso todavía sucede. Puede que a los críticos no les gusten los convertidos, la manera en que son traídos, o su respuesta cuando son salvados. No ponga atención a los críticos si usted está interesado en llevar a los necesitados a Jesús. Aquí hay otra pregunta.

II. ¿POR QUE HAY QUE LLEVAR LOS PERDIDOS A JESÚS? Frecuentemente mencionamos la necesidad de llevar a la gente a la iglesia para escuchar el evangelio. ¿Por qué debemos hacerlo?

1. Porque Jesús Ama a Cada Persona. Su gran amor por la gente es la razón principal por la cual debemos “llevar” a los inconversos al Salvador. El amor divino encuentra expresión en muchas maneras. Jesús nunca hubiera ido a Capernaum, en la costa norte del mar de Galilea, y nunca hubiera hecho que fuera su “centro de operaciones” en aquella parte del mundo si no hubiera amado a la gente. De hecho, él no hubiera dejado el cielo para un encuentro con la tierra si no hubiera tenido un amor ilimitado por toda la gente. Su viaje al desierto inhóspito para luchar contra Satanás, el haber sufrido acusaciones falsas de los hombres malignos, y su viaje a Getsemaní y al Gólgota indican que Jesús “derramó su alma hasta la muerte” por la humanidad perdida.

El apóstol Pablo nos dice que “el amor de Cristo nos constriñe” (2 Corintios 5:14). Esa es la razón por la que llegamos a ser embajadores de Cristo, debido a su gran amor por nosotros.

Cuando descubrimos el amor que Cristo tiene por cada persona, debemos ser movidos a llevar a Jesús a la gente en bancarrota espiritual. Su amor por cada persona debe ser la razón dinámica y movilizadora para nuestro testimonio día tras día. Debemos buscar a otros porque el amor de Cristo nos lleva a hacerlo.

Continuará…                                              Pbro. Rodolfo Torres Pérez.