Orar es comunicarse con Dios. Cada vez que oramos nos ponemos en contacto con Dios de una manera profunda y que cambia la vida. Cuando enfrentamos situaciones desesperadas en nuestras relaciones, negocios, trabajos, finanzas, salud, emociones o con nuestros hijos. Orarle al Dios de la esperanza puede cambiar la situación. Cuando luchamos con cosas tales como sueños no realizados, una vida insatisfactoria, falta de claridad mental o emocional tenemos acceso al Dios que puede tocar todas las esferas de nuestra vida y transformarlas trayendo sanidad. Él quiere bajar hacia nosotros y tocarnos, pero antes tenemos que subir hasta Él y tocarlo en oración. Cuando oramos decimos: «Señor sé que eres real y quiero pasar tiempo contigo»
La oración es alabar y adorar a Dios por quien es Él. Hay dos lados en la oración: el lado de la comunión y el lado de la asociación. El lado de la comunión es cuando simplemente vamos ante Dios solo para estar en lo secreto de la relación con Él y el lado de la asociación es cuando aceptamos la responsabilidad de ser socios con Dios a fin de ver la reintroducción de su gobierno en nuestras circunstancias. La adoración, la alabanza y la exaltación son parte importante de la comunión con Dios pero también son un medio para asociarnos con Él y alejar las tinieblas.
Cuando oramos es decirle lo agradecidos que estamos de que nos amara antes de ser siquiera consientes de su existencia. El no orar es como si creyéramos que somos capaces de enfrentar todas las cosas por nuestra propia cuenta. Sin embargo es que la verdad es que no podemos enfrentar nada solos como dice la Palabra: No tenemos bien fuera de ti. Salmo 16:2 b. La oración no debe ser el último recurso, no debe ser a lo último que vayamos. Es un reconocimiento de que aún cuando lo que pedimos quizás parezca imposible; será posible en Dios pues TODO es posible para Dios. (Mateo 19:26)
La oración cambia las cosas. Es servir a Dios a su manera, el plan de Dios es gobernar la tierra por medio de su autoridad delegada (eso hacemos nosotros). Dios quiere que traigamos su reino para que influya en los asuntos de la tierra eso se logra con la oración. Hay cosas que Él no hará en la tierra a no ser que sea en respuesta a la oración. ¿Qué hace que la oración sea tan difícil? La gente dice que: no dispongo de mucho tiempo, es que cuando oigo orar a otros me apantallan, en el fondo dudo que la oración dé resultado, no soy muy bueno como para que Dios me escuche, no voy tanto a la iglesia, siento que Dios está lejos, etc. Pero la oración correcta y efectiva es aquella que viene de un corazón que ama a Dios y desea comunicarse con Él. Y debemos entender que es su voluntad que nosotros oremos. Dios quiere siempre escucharnos hablar con Él. Pida con valentía, pida mucho, pida con fe.
Libro: Los Secretos de la Oración