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PRINCIPIOS PARA EL CRECIMIENTO DE LA IGLESIA


1. La iglesia es un organismo vivo, con una cabeza, Cristo, que dirige todos los miembros del cuerpo, con el fin de honrar a Dios, edificar a la iglesia y bendecir al mundo perdido.

 2. Tiene una naturaleza divina: El perfecto Espíritu de Cristo, que habita con, en, y sobre cada cristiano; y un elemento humano: Nuestro cuerpo y mente terrenales e imperfectos.

 3. La iglesia como todo organismo vivo, se debe reproducir según su especie: Los cristianos deben reproducir cristianos, como los pájaros reproducen pájaros.

 4. Cuando la iglesia pierde la visión de crecimiento, se concentra sólo en la atención y bendición de los que espontáneamente asisten al templo.

5. La iglesia debe tener como visión alcanzar a los de afuera del templo, por medio de la capacitación de todos, en el ministerio evangelizador, por medio de los grupos de evangelismo y discipulado.

 6. Algunas iglesias sólo crecen por compensación: reponiendo los miembros que se pierden. Otras por adición: agregando uno que otro miembro en forma ocasional. Lo ideal es que crezca por reproducción: Que cada miembro gane otro miembro constantemente, y esto se logra mediante el trabajo celular, donde se involucra cada creyente.

7. Para que la iglesia se pueda reproducir adecuadamente, debe estar sana: Bien alimentada con la Palabra de Dios, que es la Biblia, bien fundamentada doctrinalmente, y bien integrada, o sea con unanimidad en la visión, amor por las personas perdidas, y un programa efectivo de capacitación evangelística para todos los miembros de la congregación.

 8. Todos los cristianos miembros de la congregación, deben tener como meta, llegar a la madurez, y estar dispuestos a pagar el precio de ser siervos de Dios, en el ministerio común de la evangelización, como es dedicarle el tiempo y los recursos que amerita.

9. Debemos estar conscientes que a nosotros nos toca obedecer el mandato de evangelizar a los perdidos y discipular a los creyentes, confiando en que sólo Dios es el que edifica la casa y añade a la iglesia a los que han de ser salvos.

10. Para reproducirse, todos los cristianos, deben estar capacitados, listos y dispuestos a sembrar la bendita simiente de la Palabra de Dios en otras personas.

11. Nuestra fe es que, si nosotros cumplimos con evangelizar, Cristo dará el aliento de vida espiritual a los nuevos, que acepten hacerse cristianos y nacer de nuevo, del Espíritu Santo.

Pbro. Rodolfo Torres Pérez