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PRÉSTAMOS A DIOS


Gálatas  2:10  Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres;  lo cual también procuré con diligencia hacer. 

La familia Zambrano Ortegòn,  cambió sus billetes  mexicanos por dólares americanos, los cuales seguían siendo muchos, paquetes en el bolso de mano de Jacinta, que aunque muchas cosas traìa en ella, esta era de tamaño considerable, y lo abultado  era principalmente por esos billetes verdes;  la cartera de Filiberto no podía ni doblarse de tan retacada de dólares,   también llevaban una grande lista de compras que se disponían a hacer en Laredo, Tx. En esa fechas previas a la Navidad, entre lo que sobresalían: los juguetes de los cuates de 4 años de edad, y los de su hija mayor, Jennifer, de 7 años, que ella misma había escrito;  los aparatos electrónicos de la mujer de la casa, sin faltar los vestidos y zapatos que usaría para cada una de las fiestas por venir, posadas, quinceaños, bodas, sin omitir, claro, la cena familiar navideña del 24 y la reunión del fin de año,  etc.  Con sus manos llenas de dinero y haciendo planes para ver por cual tienda empezaban, se le acerca a la ventana de su automóvil , una niña mugrosita, descalza, con ropa muy gastada, extendiéndole la mano solicitándole ayuda, – A ver Fili, pàsame unas moneditas que vi por ahì- no, no están, no las veo- si, si las acabo de ver. – En eso avanza la fila de vehículos en el puente y tiene que acelerar, – bueno, ya ni modo, hay será para otra.- dijo Jacinta, acallando su conciencia, -Dios sabe- dijo muy convencida- que mi intención era ayudar a esa pobre criatura… – en eso vuelve a aparecer en su ventana, ese rostro de inocencia, de pobreza, de necesidad, abandono y dolor, nuevamente con sus manitas enegrecidas por la mugre…- ¡Ah! Mira aquí esta otra vez, pàsame las moneditas.- mientras Fili las buscaba en algún lugar de su camioneta, pensó: Traemos tantos billetes para comprar tantas cosas que en verdad ni  las necesitamos, que usaremos una vez, que podemos prescindir de ellas y queremos darle unas moneditas a esta pobre niña…- ¡Chinta!- Casi le grita, – acércame tu bolsa, y cuando ésta se la pone junto a su pierna derecha, el mete la mano, toma un puño de billetes, y encimándose sobre su esposa… ¡Ten, niña, Dios te bendiga, Feliz Navidad!

Que en esta navidad, no te duela ayudar a los pobres, a los más necesitados que tu; he visto y  oído como algunas personas y familias, antes de su cena familiar llevan ollas de tamales y champurrado y otras cosas a las afueras de los hospitales, o a familias en colonias pobres.

No basta con el  diezmo del nuestro aguinaldo al Señor, hemos de hacer algo mas por nuestro prójimo.

Proverbios 19:17  A Jehová presta el que da al pobre,                                                                                                     Y el bien que ha hecho,  se lo volverá a pagar.

Pbro. Lorenzo Reséndiz Arvizu