En este mes patrio en el cual nosotros como nación, celebramos la Independencia desde hace 205 años, nos gozamos de esa libertad, de la cual otros países no gozan, esto para la Gloria de Dios, esto es la libertad física, mas la libertad espiritual la cual, siendo esta que es diferente, puesto que esta libertad la da Dios a través de Jesucristo, por lo cual podemos ver en la gente que no ha recibido a Jesucristo como su Señor y Salvador; ejemplos: Padres atormentados por supuestos desastres que se avecinan en el mundo, por pestes que en “cualquier momento” se estarían por desatar, preparándose para la guerra y la hambruna arman habitaciones y sótanos llenas de provisiones; angustiados, haciendo simulacros de cómo deberían desenvolverse en el caso de que se desatara una epidemia mundial. Poniendo gorros de protección, barbijos, trajes especiales, desinfectantes de todo tipo y cubriendo su casa de los supuestos infectados que podrían acercarse a su puerta. En fin, el paisaje de esa ciudad, era realmente hermoso, tal vez, la casa soñada por muchos. Sin embargo, ni ese paisaje, ni su estabilidad económica, les podían brindar paz a estas familias, principalmente a los padres, que eran quienes cargan con este delirio en sus almas. Resonaron en mi mente estas palabras del Señor: “La paz les dejo, mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la da”. La paz que el mundo nos ofrece es como una débil cuerda en la que pende nuestra vida, una débil cuerda que siempre esta a punto de cortarse. Aquellos que confían en las cosas que brinda el mundo, difícilmente logren una paz profunda y duradera. Porque siempre que resuelvan asegurarse en algo, aparecerá otra amenaza que desestabilizará sus vidas.. Si temes que tu pareja te deje o se muera, debes entregar eso en las manos de Dios. Si temes a la enfermedad, a las desgracias, a la pobreza, al fracaso, al desempleo, a la soledad, al rechazo, o lo que te puedan hacer las personas, debes entregar esto en las manos de Dios y el te guardará más de lo que puedas imaginar. Nosotros no podemos pretender controlar las catástrofes del mundo, ni las pestes destructoras, ni los accidentes, ni aun ciertas cosas pequeñas. Y aunque pongamos mucho empeño en controlarlo todo, tampoco el mundo nos puede brindar una paz 100% efectiva. Por eso nuestra paz es estar en las manos de Dios, confiar en su presencia, en su poder infinito, en su amor incondicional, Él nos brinda una seguridad eterna. Sabemos que nosotros hacemos nuestra parte de ser prudentes, y todo lo demás, lo que no podemos controlar, esta en manos de Dios. Él es nuestra confianza. En proverbios 14:26 nos dice: «El temor de Jehová es manantial de vida para apartarse de los lazos de la muerte, “Deja de confiar en la seguridad que brinda este mundo, antes, entrega tu vida completa en las manos de Dios y te ayudará en cada paso a dar, y podremos andar en esa libertad que el nos ha prometido dar, aun en medio de cualquier tormenta..