Les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. Hechos 19:2.
En el gran inicio de la iglesia del Señor Jesucristo, destaca como figura central el Espíritu Santo, aquí algunos de los ejemplos más destacados.
En el comienzo de todas las cosas, en Génesis 1:2 donde se narra, “El Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”.
En el nacimiento de Jesús, Mateo 1:18, se dice claramente, “se halló que había concebido del Espíritu Santo”, marcando así el inicio del plan redentor de Dios hacia la humanidad por medio de Jesús.
Antes que Jesús iniciara su ministerio en el tiempo de su bautismo dice la palabra en Mateo 3:16, que al momento de subir del agua descendió el Espíritu de Dios en forma de paloma y venía sobre Él.
Después, de la resurrección, leemos en Juan 20:22, el momento en que Jesús envía a sus discípulos, Él sopla sobre ellos y les dice: “Recibid el Espíritu Santo”.
Y en el libro de Hechos, al inicio de lo que sería la Iglesia de Jesucristo se da la orden clara… Les mandó que no se fueran de Jerusalén. Sino que esperaran la promesa del Padre… Hasta que fueran bautizados por El Espíritu Santo.
Con estas pruebas que encontramos en la Biblia aún habrá mucha gente que no entienden la relevancia de la función del Espíritu en la vida de la Iglesia, sin embargo, sin Él, no tendríamos testimonio que somos hijos de Dios; sin Él, no tendríamos quien nos convenza de pecado, justicia y juicio. Sin Él, seriamos solo grupos sociales, movidos por cualquier corriente de pensamiento. Sin Él, NO HAY PODER para vencer. Inicia cada día de tu vida en Cristo, buscando (ANHELANDO), al Espíritu Santo. Procurar pues no contristar al Espíritu, sino buscar su guía, su llenura, sus dones, sus ministerios, para dar el fruto del Espíritu Santo.
Pbro. David Eduardo Almanza Villalobos.