Wasihngton #513 Ote. Monterrey N.L. 8:00 a.m., 10:00 a.m., 12:00 p.m., 2:00 p.m. y 6:00 p.m.


PARTICIPEMOS


No he dejado de estar en estado de alarma, me preocupa ver el altísimo nivel de indolencia (cuando lo que a otros les pasa no nos afecta), de deseo por la vida fácil (sin obligaciones ni compromisos) y de egoísmo que existe en nuestra ciudad; de no haber un cambio en la mentalidad de las personas nos dirigimos a uno de esos mundos post-apocalípticos de las películas donde no hay reglas y gobierna la anarquía y donde el más fuerte, el más aprovechado, el que no tiene escrúpulos y el que no se preocupa por otros son los líderes. No debería de asombrarnos que surgiera el narcotráfico en Monterrey y brotara con éxito si se trata de “organizaciones” que tienen estos mismos principios (por eso cuando capturan a un líder los demás se pelean hasta la muerte para ver quien será el nuevo). Mientras siga gustándonos el camino fácil, romper las reglas, hablar mal de nuestros gobernantes, y mientras siga sin importarnos lo que le pase al otro y nos sigamos aprovechando de quien “no se pone buzo”, no podemos esperar que un nuevo gobierno genere un cambio verdadero. ¿Qué nos hace pensar que todo estará mejor si gana las elecciones quien basó parte de su campaña no en proponer sino en señalar los errores de los demás, quien lanza propuestas señalando lo malo que se han hecho las cosas en el pasado?

Esto tiene que comenzar por las cosas sencillas como tirar la basura donde sí debe tirarse, dejar de darnos la vuelta a la izquierda cuando esta la luz roja, dejar de pasarnos el semáforo, dejar de robarnos la luz y la señal del internet o de cable del vecino, dejar de estacionarnos donde no esta permitido, dejar de llegar tarde, dejar de decir mentiras, dejar de hablar mal de los demás (especialmente de quienes están en autoridad) y de hacer chistes sobre ellos, dejar la piratería, IR A VOTAR… No se vale opinar si no iremos a votar o ni siquiera tenemos una credencial actualizada (y si vamos a opinar hagámoslo como verdaderos cristianos, aquellos que no difaman, ni calumnian, ni se ponen a hablar mal de otros).

Un verdadero cristiano es aquel que extiende el Reino de Dios, aquél que lo hace no solamente predicando sino viviendo lo que predica, con una vida de ejemplo en estas cosas sencillas; si aquellos que tenemos la luz del Señor NO vivimos como si la tuviéramos ¿quién lo hará? Si no somos nosotros los que en las cosas sencillas ponemos el ejemplo ¿qué nos hace pensar que los demás lo pondrán?

Llego el tiempo de la participación ciudadana a través del voto, y es nuestro derecho como mexicanos regiomontanos pero también nuestra obligación como cristianos el participar; le pido que se informe, que investigue, que busque y que sí participe, sea que le haya tocado la larga labor de un funcionario de casilla o la sencilla de asistir a las urnas… Seamos luz y ejemplo en un mundo de tinieblas…

Pbro. Efraín Reyes Bonilla