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Para su concierto y no en tu desconcierto


“Ni atribuyó a DIOS despropósito alguno”

Job 1:22b.

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El ser probado resulta al instrumento un desconcierto y al instrumentista una obra maestra para su concierto. Ambas perspectivas difieren debiendo converger, mediante la fe del instrumento, en el propósito que se tiene al ser probado. La vida cristiana es como ser un instrumento musical que tiene como propósito ser usado para un concierto magistral que necesariamente deberá ser afinado para ser usado adecuadamente y cumplir con su cometido al ser creado y llamado a la orquesta divina. La afinación es la prueba de todo instrumento, y de no efectuarse se desentona y la armonía es imposible suceda.                     Regularmente se trata de entender cada situación complicada terminando en un desgaste emocional y espiritual. Aparece el excluyente por qué que aleja del propósito y confunde el ser probado con ser castigado. La prueba tiene su origen en un instrumento que ha guardado su compostura (Job 1:1) no son consecuencias de acciones realizadas son designios de DIOS para afinarlo al concierto magistral. El objetivo de la prueba no es acabarlo sino perfeccionarlo, es afinar cada detalle de su carácter para ser usado con efectividad y excelencia. Cada momento de la prueba demanda sea hallada su fe, no escondida ni tampoco desaparecida, hallada en su corazón, en cada oración; en cada expresión, sí en un clamor pero no en desesperación. Al ser hallada sea en alabanza y no queja, en esperanza y no incredulidad, en confianza y no incierta, una fe que alabe y que espere a la última afinación del instrumentista porque se aproxima su gloria al ser usado en las manos del maestro.                                                                                                                   Mientras quienes buscan afanadamente el porqué de lo sucedido los instrumentos de fe en paz reflexionan en su para qué. Ser probado es parte del caminar en Cristo. Job, fue probado y no castigado y en ningún momento dentro de su desconcierto atribuyó a DIOS despropósito alguno a lo sucedido. Pese a lo terrible de su situación jamás perdió su fe, fue hallada en alabanza y siendo el propósito divino la respuesta a su desconcierto. Tu vida pasará por afinaciones del maestro no atribuyas despropósito alguno. Únete mediante el para qué y no te excluyas en el por qué. Eres un instrumento en las manos de DIOS siendo afinado para su concierto y cada situación vivida carente de tu injerencia humana forma parte de su plan para ti. Deja de cuestionar y comienza a avanzar descubriendo el para qué de todo lo que DIOS permitió a tu vida. No vivas en tu desconcierto súmate al concierto, que DIOS tiene un propósito para tu afinación.                                                                        Ten la certeza en su grandeza y atestigua cómo es que de todos los pedacitos de tu mundo Él puede formar un nuevo panorama. No veas a ti mismo, recuerda que la fe incluirá a DIOS en lo sucedido y deberás esperar en Él y no en ti. Las respuestas partirán de Él y no de ti, se trata de su grandeza y no de tu experiencia es acerca de su propósito y no de tu desconcierto ¿para siempre serás probado? Tu Redentor vive y te levantará en su Gracia y Poder (Job 19:25).                                                                                                                               El concierto es para su gloria y tú tan sólo eres un instrumento en sus manos por tanto deberás esperar hasta el último momento que afine en su totalidad tu vida en función a su propósito divino. Cada afinación resulte en ti en bendición en la satisfacción que estás siendo usado en las manos del maestro para su concierto y no en tu desconcierto.

Pbro. Sergio Jonathan Lozano Luna.