Isaías 43:7 “Todos los llamados de mi nombre; para Gloria mía los he creado, los forme y los hice”

La Gloria de Dios es la forma en que el muestra su grandeza y su poder es la forma en que se da a conocer en su resplandor.

Dios desea que lo reconozcamos y que otros lo reconozcan a través de nosotros.

Dios desea ser reconocible en nosotros en todo lo que hagamos viviendo una vida que le glorifique, tremenda responsabilidad tenemos por que somos personas imperfectas, sin embargo en el mismo momento en que recibimos a Cristo como nuestro Salvador, el Espíritu Santo vino a residir en nuestro interior.

Glorificamos a Dios al mostrar exteriormente la existencia del Cristo vivo.

Cuando Dios creó al hombre, lo hizo para su gloria, Adán fue el primer líder espiritual en la historia de la humanidad. Pero fracasó al no poder comunicarse efectivamente con su esposa.

Dios le dijo a Adán que podía comer de todo árbol, pero del árbol de la ciencia del bien y el mal “no comerás porque el día que de el comieres morirás Gen 2:16-17.

Cuando Adán recibió ese mandato Eva no estaba presente porque aun no había sido creada y era responsabilidad de Adán decirle a Eva lo que Dios le había mandado con claridad, Eva no entendió puesto que en Gen 3:3 vemos que al contestarle a la serpiente agregó las palabras “ni la tocaras” y “para que no mueras” Dios no dijo eso. La comunicación de Adán a Eva fallo porque:

Ignoró alguno detalles que tenía que comunicar.

La voz de Eva influyó en él mas que la voz de Dios.

Olvidó que Dios le dijo acerca de las consecuencias de la desobediencia

No se responsabilizó  de su mala comunicación y prefirió culpar a Eva Gén 3:12

Tenemos el Espíritu de Dios en Nosotros y debemos ser testimonio de la gloria de Dios teniendo comunicación clara con las personas y mostrando el amor de Dios en nuestras relaciones.

   JOSEFINA PECINA HERNANDEZ