Pensar que tres horas de cualquier película no hacen ningún daño al niño, pero que dos horas de iglesia y escuela dominical son demasiado para su sistema nervioso, es una forma incorrecta de pensar.
Darle una moneda de cinco pesos para que le ponga en el platillo de la ofrenda, y cincuenta pesos para que vaya al cine, no solo muestra la incorrecta escala de valores de un padre o de una madre, sino que también lo más probable es que estén criando un hijo que no será generoso para con Dios.
Dejarle ver y escuchar diariamente varias horas de programas de acción en la televisión y no enseñarle a apartar tiempo para una breve oración y para leer unos pocos versículos es un desequilibrio no apropiado. Preocuparse de que el niño estudie las lecciones diarias de la escuela y no preocuparse de que aprenda su lección de la Biblia, lo convierte en un ignorante e iletrado espiritual.
Decir que el niño debe decidir por sí mismo si quiere o no ir a la iglesia, es evadir la responsabilidad como padre o madre.
Cuando el padre utiliza el domingo por la mañana para cortar césped, limpiar el jardín, o practicar deportes, los hijos son abandonados a su propia suerte.
Cuando los padres dedican el domingo por la mañana para leer el periódico, o para escuchar radio o ver televisión, o apoyan a su equipo preferido mientras que sus hijos van solos a la escuela dominical, el asistir a la iglesia perderá importancia ante los ojos de los hijos. Oremos, Amado Padre Celestial: Estamos bajo Tu autoridad. Te damos gracias por ser nuestro escondite, nuestra protección y nuestro refugio. Nos revestimos nosotros y nuestros matrimonios, con el Señor Jesucristo y con toda la armadura de Dios. Escogemos ser fuertes en Ti, Señor, y en la fuerza de Tu poder. Nos afirmamos en nuestra fe; nos sometemos a Ti, Dios, y resistimos al diablo. Abre nuestros ojos para que veamos los ataques del malo contra nosotros, nuestro matrimonio y nuestra familia. Danos discernimiento espiritual para darnos cuenta de las estratagemas de Satanás, que no las ignoremos. Abre nuestros ojos a la realidad del mundo espiritual en que vivimos. Te pedimos la habilidad (el don) de discernir espiritualmente para que podamos juzgar justamente el bien y el mal. Mientras esperamos en silencio ante Ti, revélanos los ataques de Satanás en contra de nosotros, nuestro matrimonio, nuestra familia y nuestros ministerios para que podamos ponernos en su contra y dejar al descubierto al padre de las mentiras. Mi oración es el desarrollar una paternidad responsable de acuerdo a los principios del Reino de Dios y apegado a su Palabra.Oro en el nombre de Jesús. Amén.
Pbro. Rodolfo Torres Pérez