Wasihngton #513 Ote. Monterrey N.L. 8:00 a.m., 10:00 a.m., 12:00 p.m., 2:00 p.m. y 6:00 p.m.


Orar por los nuestros


“Epafras, que es uno de vosotros, siervo de Jesucristo, os envía saludos, siempre esforzándose intensamente a favor vuestro en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y completamente seguros en toda la voluntad de Dios.” Colosenses 4.12 (LBLA)

Los datos acerca de Epafras son escasos. Muchos comentaristas creen que fue una de las personas claves en el establecimiento de la Iglesia en Colosas, además de ser compañero de Pablo en su primera encarcelación. La verdad es que quedará perdido entre los millares de héroes anónimos que fueron parte de la expansión de la iglesia durante el primer siglo.

Nuestro versículo de hoy, sin embargo, nos da un pequeño vistazo de la clase de persona que era Epafras; un hombre de oración que entendía que aun de lejos podía seguir afectando vidas por medio de ruegos y súplicas a favor de ellos. Según el testimonio de Pablo, esta intercesión se llevaba adelante con una intensidad y un fervor que delataban una pasión poco común entre los que servían.

No solamente esto, sino que este varón también mostraba gran discernimiento en lo que a la iglesia respecta. Sus oraciones no estaban limitadas a peticiones que tenían que ver con los detalles temporales de esta vida, que tantas veces nos ocupan. Epafras pedía que se pudiera cumplir en ellos aquella condición que garantiza resultados eternos, que pudieran estar firmes, que fueran perfectos y completamente seguros en toda la voluntad de Dios.                                   (Parte 1)

                                                                                         Pbro. Rodolfo Torres Pérez