Inicia 2014, solo decir este número suena tremendo… No sé si usted recuerde aquellas películas de los 80’s donde ponían al año 2010 o al 2015 como años donde todo estaría automatizado, robots manejando en las calles, etc… La verdad es que 2014, si todo sigue como hasta ahora, va a parecerse bastante a los años anteriores, pero es precisamente por eso que, para nosotros como cristianos, se siguen abriendo las mismas ventanas de oportunidad para extender el Reino de Dios, para seguir llevando amor y recursos a quien le hacen falta, para que Cristo llegue a la vida de más personas y para hacer lo que esté en nuestras manos para que los que ya están no se pierdan. Tenemos oportunidades también para mejorar, para ser personas aún más capaces, más amorosas en cuanto al pecador y más firmes en cuanto al pecado, para que cada uno de nosotros seamos como una especie de “predicación viviente” que con su ejemplo hace deseable el evangelio y hace a los demás querer orar y leer la Biblia… recuerdo bien a aquel taxista que se convirtió al Señor sólo porque un siervo de Dios muy ungido entro al auto, aquél conductor sintió algo extraño pero innegable en su cuerpo y en su corazón desde que se abrió la puerta del vehículo y con un dialogo no mayor a los 10 minutos donde se le habló de Cristo, el hombre entregó su vida a Dios… ¿Por qué no convertirnos este nuevo año en ese tipo de persona que ni siquiera debe hablar para que los demás vean algo especial?… Ahí le va una “pequeña” lista de “pequeños” cambios que usted podría hacer (no está en orden de importancia): a) Ser más paciente; b) Ser mejor esposo(a) y mejor padre(madre); c) Verse mejor (adelgazar o embarnecer según sea su caso) y arreglarse mejor; d) Más Biblia pero a profundidad (y no sólo algunos nuevos versos de memoria sino como quien está listo para que le den el micrófono); e) Más oración, pero de esa que parece una especie de dialogo entre novios o entre esposos que llevan más de 30 años de casados, de esa en la cual Dios nos cuenta SUS secretos; f) Más conocimientos y habilidades (idiomas, estudios, oficios, etc.); g) Mejor alimentación y ejercicio adecuado; h) Más y mejor tiempo con nuestros familiares (del tipo del cual nos convierte en amados y deseados en casa); i) Mejores empleados que alcanzan metas, o, mejores dueños, más justos en pago, trato y tiempo; j) Mucho más honrados hasta ser incorruptibles (cero “mordidas”, cero piratería, cero caminos cortos; k) Personas de ejemplo en todo lo que son, dicen, y hacen… personas iguales a Su Maestro…
Si no nos trazamos metas, jamás llegaremos a ningún lado, porque “el que no sabe hacia dónde va, sólo está dando un paseo”. Es importante entender que Cristo tiene planes para nosotros, es hora de cumplirlos, ya no retrasemos más su venida…
Pbro. Efraín A.Reyes Bonilla