Diccionario de la lengua española Espasa-Calpe un ayo o aya es la persona encargada de criar y educar a un niño, es decir, un educador, un “ama de cría”, un tutor o una nana; esta palabra es usada por el apóstol Pablo en el capítulo 3 de Gálatas, sin embargo, la Nueva Traducción Viviente la llama tutora: “Antes de que se nos abriera el camino de la fe en Cristo, estábamos vigilados por la ley. Nos mantuvo en custodia protectora, por así decirlo, hasta que fuera revelado el camino de la fe. Dicho de otra manera, la ley fue nuestra tutora hasta que vino Cristo; nos protegió hasta que se nos declarara justos ante Dios por medio de la fe. Y ahora que ha llegado el camino de la fe, ya no necesitamos que la ley sea nuestra tutora”. Pablo intenta explicar que la salvación es por Cristo y que la ley fue dada para mostrarle a la gente sus pecados pero que la intención desde el principio era que la ley durara solo hasta la llegada del hijo prometido.
La pregunta práctica para nosotros es ¿Por qué necesitaría que alguien me mostrara mis pecados? ¿No se supone que cuando crezco ya me doy cuenta por mí mismo lo que está bien y lo que está mal? Pues de acuerdo a la Biblia no es así, esto nos recuerda a los pequeños de edad, ellos son los que necesitan una nana ya que, aunque se les diga “no lo hagas”, ellos tienden a desobedecer y meterse en problemas cuando no se les vigila de cerca. Pareciera que a varios de nosotros nos ocurre lo mismo, tal como escuchamos recientemente en la predicación del pastor Cepeda, quien nos dijo que él no quería ser pastor por varias razones, una de las cuales era precisamente el hecho de que, a algunas ovejas se les dice una y otra vez lo que deben hacer, pero ellas tienden repetidamente a cometer el mismo error una y otra vez… ¡esta también ha sido mi experiencia pastoral!…
Me apena mucho el pensar que no queramos madurar espiritualmente, que batallemos tanto para seguir órdenes y sujetarnos, que tengan que predicarnos constantemente sobre arrepentimiento y que sigamos siempre pidiendo perdón por las mismas cosas, que seamos convencidos tan fácilmente de doctrinas y enseñanzas que tienen poco o nulo fundamento bíblico, que no estemos listos para presentar defensa de nuestra fe ante quienes atacan al cristianismo, que no prediquemos de Jesús; me preocupa el pensar que no estaríamos listos si viniera una persecución o que no aguantaríamos para nada la gran tribulación. Con tristeza, parece que la nana sigue siendo necesaria, ahora ya no es la ley sino los predicadores especiales o los de internet (en lugar del estudio personal profundo), lo es nuestro poco compromiso con Dios y su iglesia, y también lo es esa forma extraña que tenemos de pensar que la iglesia debe cumplir mis expectativas y si no me voy a cambiar a otra… es hora de crecer y madurar amados, hora de compromiso, de dejar de ser niños en la forma de pensar (1Co 13)…
Pbro.Efraín A.Reyes Bonilla
Pastor de Jóvenes