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No una notificación sino un llamado a salir


“Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siembra” Juan 4:35.

 

Jesús da una Palabra desafiante a los discípulos: Es el tiempo de ir y cosechar. No sólo debe ser entendida desde su apercibimiento sino desde su disposición de ir debido a que no es una notificación de Jesús sino un llamado a salir. Muchas veces como iglesia se está percatado de la necesidad de evangelizar y de la promesa que los campos ya están preparados para la siega pero no se está en la disposición de ser parte del equipo que vaya y regrese con regocijo trayendo llenas las gavillas (Salmo 126:6). No hay que olvidar que la visión de DIOS es la misión de la iglesia, y que si como iglesia no somos la acción de la visión de DIOS no cumpliremos con la necesidad de la mies del Señor.

Nada ocurre con solamente estar percatados de la situación es necesario el involucramiento para su atención y cumplimiento. A Jesús le fue necesario pasar por Samaria y cumplió con esa necesidad al ir (Juan 4:4). En ese contexto es que da la Palabra desafiante a sus discípulos sobre los campos preparados… ¿Cómo entenderlo? Si no se tiene la necesidad de ir a los perdidos jamás se saldrá con rumbo a Samaria. Jesús no sólo se percató de la necesidad de la mujer samaritana sino fue a ella para ofrecerle el agua que saciaría su sed para siempre. ¿Cuánta gente a tu alrededor tiene necesidad de Cristo? No es suficiente con estar percatado de esa realidad hay que ir y ofrecer el mensaje transformador de Jesucristo.

Jesucristo les daría a sus discípulos una Palabra que los mantendría a la expectación, no una Palabra que viniera a ser un cumulo de conocimientos en ellos sino que los enviara y desafiara a ver el Poder de DIOS operando para la salvación de los hombres. La mies es mucha y como iglesia lo sabemos debiendo existir la disposición de ir y permanecer a la expectativa de lo que DIOS hará cuando se predica su Palabra. La iglesia debe ser enviada para ser sorprendida, y en su involucramiento crecer y multiplicarse porque esto es la visión de DIOS. Una iglesia que no es enviada a los perdidos es percatada de la necesidad de Samaria pero no dispuesta a ir. ¿Cómo irás a los necesitados? Involúcrate en el ministerio de hospitales, de la cárcel, de Ágape, compartiendo tu dicha de estar en Cristo con aquellos que cotidianamente te relacionas.

¿Cuáles son los samaritanos a los que debes ir y ofrecerles el agua de vida de Jesucristo? La misión de la iglesia es involucrarse en extender el Reino de DIOS, salir y predicar el Evangelio. ¡Los campos ya están listos! Sólo falta tu “heme a aquí, envíame a mí”.

Pbro. Sergio Jonathan Lozano Luna