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MUJER VIRTUOSA


Lo que el Varón de Dios quiere que su esposa sea.

El amado se refiere a su mujer en cantar de los cantares con seis palabras que describen lo que Cristo, el amado, espera de su esposa, la iglesia. Asimismo, describen lo que la mujer debe ser ante su varón:
Amiga: Esto es, socia o compañera. Alguien con quien convivir. El esposo ha de tener en su mujer a una amiga, la mujer debe tratarlo amigablemente, que realmente la amistad es el comienzo del amor matrimonial.
Hermosa: Literalmente debe entenderse como resplandeciente, para el hombre no hay mujer más que su esposa, la única que resplandece, todas las demás se han apagado ante sus ojos, solo debe tener corazón para ella, cegada su mirada a cualquier otra dama, solo fija a su esposa, abiertos hacia ella sus ojos para devorar su belleza. Y así ella permanecer deseada, muy bella para su marido, y con méritos para ser admirada. Nada hermoso para él ver, nadie más hermosa para que él la vea.
Paloma: En hebreo es “yona”, y se refiere al calor de su apareamiento. El hombre busca sensualidad y pasión en la mujer, y nada más que en su esposa lo debe encontrar, y así la mujer se lo debe ofrecer, pues el amor en el matrimonio debe sazonarse con una intimidad del placer de amar, amar compartiendo placer, siempre en el marco de la santidad.
Esposa: El complemento para perfeccionar, porque “no es bueno que el hombre este solo”, por lo que Dios hizo ayuda idónea para él. El hombre debe encontrar en su esposa la ayuda idónea para realizarse en todos los sentidos. Con ella y su ayuda, y ayudándole a lo mismo, juntos, conquistar los planes y propósitos de Dios en ambos. Y los ingredientes esenciales para esto son comunicación y confianza.
Hermana: Alguien consanguíneo, de la misma carne, hueso de sus huesos, y es que la relación de esposos es tan estrecha que Dios estableció que solo la muerte la puede destruir. Así debe ver el hombre a su mujer, como carne de su carne y hueso de sus huesos, y nunca alguien de la que se puede separar para unirse a otra si le dejare de agradar.
Perfecta: Algo culminado, en quien ya se terminó la obra. Y es que el amor cubre multitud de faltas; no las encubre, trabaja para desvanecerlas. En ella no se deben ver defectos para despreciarla, sino un ser al que se ama de tal forma que se entrega la vida para perfeccionarla, llevarla a que se realice y viva una vida plena asida de su varón.
Si de la teoría, estos, como tantos otros principios bíblicos que deben regir nuestra vida, no solo matrimonial, sino en todos los sentidos, no los llevamos a la práctica, nuestro matrimonio y nuestra vida no van a ser mejor que algo llevadero y mediocre. Pero, aunque sea necesaria ayuda ministerial, si nos decidimos a humillarnos, a ceder y a trabajar por nuestro matrimonio y por todas las demás áreas que Cristo debe transformar, entenderemos lo que se refiere la palabra a vivir una vida abundante.

                                                                                                         Jorge Figueroa del Valle