Como hijos de el único Dios verdadero, uno de nuestros objetivos es llegar a la perfección, es decir a la altura del varón perfecto que es Jesucristo, para ello debemos tener en claro que se trata de un proceso, en el cual hay fases por las cuales nuestro Señor nos lleva a fin de que seamos transformados a su imagen y semejanza, por lo tanto es indispensable que lo conozcamos a través de la lectura de la Biblia para crecer y ser más como Cristo.

 Así mismo, es necesario que en este camino nuestro corazón esté dispuesto y seamos entendidos a los tiempos y maneras que Dios irá utilizando para que sigamos siendo transformados a fin de que, aún y que estemos en este cuerpo lleno de corrupción vivamos confiados como lo dice Filipenses 1:6: “estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”  por último, tal como vemos en Efesios 3:13-14: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado, pero una cosa hago, olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está adelante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”, y en Hebreos 10:12,14 “Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para  siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra   de Dios… Porque con una sola  ofrenda hizo perfectos  a los santificados”,

 así que hermanos, no desmayemos, sigamos buscando ser perfectos, mantengámonos en comunión con el Padre a través de Su Hijo Jesucristo y guiados por el Espíritu Santo.

Deyda C. Navarro Acereto.

OREMOS POR LA JUVENTUD PARA QUE SEA PERFECTA EN SUS CAMINOS TENIENDO A DIOS EN PRIMER LUGAR EN SUS VIDAS.