Wasihngton #513 Ote. Monterrey N.L. 8:00 a.m., 10:00 a.m., 12:00 p.m., 2:00 p.m. y 6:00 p.m.


MANTÉN EL FUEGO ARDIENDO


Algo característico de los argentinos es comer buenas carnes asadas a la parrilla. El asado de carne cocida al aire libre es uno de los fenómenos sociales más comunes en la Argentina. El primer encuentro transcultural entre Kathy y yo sucedió en nuestra luna de miel: habíamos elegido pasar nuestra primera semana juntos en una cabaña en el Parque Nacional de Yosemite, y una tarde decidimos cocinar nuestra cena al aire libre. Comencé a juntar la madera, eligiendo la leña que arde mejor, incluso algunas piñas de pino para ayudar a hacer brasas. Kathy se sentó cerca, observándome con los ojos bien abiertos mientras yo acomodaba una pila de cosas que serían necesarias para cocinar nuestra primera comida campestre como marido y esposa. Creo que nunca antes ella había visto cocinar asado con un fuego que no estuviera hecho con carbón de leña y no se encendiera con fluido. Puede imaginar cuán intenso era mi deseo de hacer que el fuego ardiera bien, así podríamos cocinar nuestra cena y mi esposa quedaría impresionada con la destreza de su esposo. Después de acomodar todo adecuadamente, en poco tiempo el fuego comenzó a chisporrotear. Aún hoy es para mí un desafío personal preparar bien el fuego para nuestras comidas al aire libre. ¡FUEGO, ARDE  VIVAMENTE! Una vez que el fuego comienza, suelo decir: “Bien, ésa era la parte más difícil; ahora me puedo relajar”. Pero seguramente que si me alejo por unos minutos el fuego tenderá a reducir su intensidad. También es así con el fuego santo de Dios: si no cuidamos esa llama preciosa, se puede debilitar. A continuación menciono un principio que le ayudará a mantener el fuego de santidad ardiendo en su vida.

Cree que el Señor te ha llamado a ser Absolutamente puro.

Si no cree en el llamado a la pureza, el peligro vendrá por ese lado. Satanás lo persuadirá para que crea que un 1 ó 2% de pecado es aceptable. Dirá: “Después de todo, estás en el planeta tierra; no puede esperarse que vivas santamente”. Si le das lugar, el diablo te engañará. Ruego que el Señor te dé hoy convicción y que tu mente sea renovada. Oro que a partir de este día hasta que Jesús regrese, declares la guerra a toda clase de mal. Deberás convertirte en un enemigo mortal del pecado, y combatirlo en todos los aspectos. Algunos se asustan con esto. Se dicen: “He oído a gente que predicaba contra la inmoralidad, y terminó cayendo en ella”. Tristemente, en parte esto es verdad y usted podría pensar que quienes hablan demasiado sobre la santidad caerán en pecado. Pero debe saber que muchos de los que han caído fueron redimidos otra vez y que muchos de los que predicaron contra la inmoralidad nunca cayeron. ¿Recuerda a Moisés? ¿Elías? ¿Eliseo? ¿Daniel? ¿Jeremías? Predicaron fervientemente contra el pecado y la idolatría, y aunque pudieron haber tropezado se mantuvieron fieles. La Palabra de Dios es nuestro ejemplo; no tenemos a la experiencia como regla. ¿Cómo podría nuestra experiencia darnos la respuesta correcta si hemos estado en el camino equivocado, con una comprensión incorrecta de las cosas? Eso es como darle las llaves de nuestro coche a un ladrón de autos y pedirle que lo vigile mientras vamos de compras. Una mala experiencia, como un ladrón de autos, no puede ser confiable. ¿Crees en los principios de la palabra de Dios? ¿Estás seguro de que Jesús vino de verdad a la tierra, que su cuerpo no fue hecho de plástico, que él era real? ¿Crees que soportó la tentación y el hambre pero jamás, bajo ninguna circunstancia, le dijo sí al pecado? Si es así estás siguiendo el camino correcto.  ¡Sé santo para mantener el fuego!

                                                                TOMADO DEL LIBRO: EL FUEGO DE SU SANTIDAD

                                                        Sergio Scataglini