 México ha sido históricamente un país con altas y bajas, con características que lo ubican rápidamente como un país latino, con otras que lo diferencian de cualquier país de Sudamérica y aun con otras que lo hacen único. En términos de gobierno y política es un país experimentado en cambios de gobierno aunque joven aún en cambios democráticos, lo cual nos hace, a la mayoría de los mexicanos, inexpertos en lo que a transiciones políticas se refiere. La pregunta de importancia en todo esto es ¿Debo como cristiano interesarme e invertir tiempo en conocer y entender el movimiento político del país y los eventos que están ocurriendo y seguirán ocurriendo durante este año? La respuesta, como siempre, está en la Palabra de Dios en citas como Tito 3  y  1 Pedro 2 que hablan de sometimiento a las autoridades humanas y Romanos 13 que inclusive nos exhorta diciendo “quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos”. Si usted observa estos pasajes y otros paralelos (como aquellos que hablan de José el “soñador”, Daniel y Nehemías) se dará cuenta que los hijos de Dios no estamos llamados a estar fuera de la vida de nuestros países o ajenos a su dinámica de gobierno, sino que somos especialmente llamados a interceder por ellos y por quienes nos gobiernan y entonces nuestra participación debe seguir los principios cristianos contenidos en la Palabra tales como ser testimonio, ser personas de integridad y trabajo, hablar con la verdad, etc. Cuando se trata de política hay dos pensamientos extremos que normalmente vemos en el pueblo cristiano y que merecen atención en este tiempo por estar MUY EQUIVOCADOS. El primero es el de NO METERSE y generar opiniones negativas como “no hay opciones”, “siempre es lo mismo”, etc., y que inclusive lleva a muchos cristianos a no votar o votar sin responsabilidad; este extremo es incorrecto porque nos deja fuera de la jugada y esta no es la actitud de los heraldos bíblicos. El otro extremo es aquel que lleva algunos cristianos, por su filiación con algún partido determinado, a hacer proselitismo dentro de las iglesias o a pelearse entre hermanos por opiniones distintas; este extremo también es incorrecto porque nos lleva a la intolerancia, las disensiones y los pleitos que son aspectos que la Biblia ataca con fuerza. Considere estos extremos y considérese a sí mismo, este es un año importante para los cristianos mexicanos y no estamos llamados al encierro sino a ser luz, “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”.
México ha sido históricamente un país con altas y bajas, con características que lo ubican rápidamente como un país latino, con otras que lo diferencian de cualquier país de Sudamérica y aun con otras que lo hacen único. En términos de gobierno y política es un país experimentado en cambios de gobierno aunque joven aún en cambios democráticos, lo cual nos hace, a la mayoría de los mexicanos, inexpertos en lo que a transiciones políticas se refiere. La pregunta de importancia en todo esto es ¿Debo como cristiano interesarme e invertir tiempo en conocer y entender el movimiento político del país y los eventos que están ocurriendo y seguirán ocurriendo durante este año? La respuesta, como siempre, está en la Palabra de Dios en citas como Tito 3  y  1 Pedro 2 que hablan de sometimiento a las autoridades humanas y Romanos 13 que inclusive nos exhorta diciendo “quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos”. Si usted observa estos pasajes y otros paralelos (como aquellos que hablan de José el “soñador”, Daniel y Nehemías) se dará cuenta que los hijos de Dios no estamos llamados a estar fuera de la vida de nuestros países o ajenos a su dinámica de gobierno, sino que somos especialmente llamados a interceder por ellos y por quienes nos gobiernan y entonces nuestra participación debe seguir los principios cristianos contenidos en la Palabra tales como ser testimonio, ser personas de integridad y trabajo, hablar con la verdad, etc. Cuando se trata de política hay dos pensamientos extremos que normalmente vemos en el pueblo cristiano y que merecen atención en este tiempo por estar MUY EQUIVOCADOS. El primero es el de NO METERSE y generar opiniones negativas como “no hay opciones”, “siempre es lo mismo”, etc., y que inclusive lleva a muchos cristianos a no votar o votar sin responsabilidad; este extremo es incorrecto porque nos deja fuera de la jugada y esta no es la actitud de los heraldos bíblicos. El otro extremo es aquel que lleva algunos cristianos, por su filiación con algún partido determinado, a hacer proselitismo dentro de las iglesias o a pelearse entre hermanos por opiniones distintas; este extremo también es incorrecto porque nos lleva a la intolerancia, las disensiones y los pleitos que son aspectos que la Biblia ataca con fuerza. Considere estos extremos y considérese a sí mismo, este es un año importante para los cristianos mexicanos y no estamos llamados al encierro sino a ser luz, “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”.
Pastor Efraín A. Reyes Bonilla