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La valentía de ser fuertes


2 Timoteo 2:1 “Tú pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús”.

II.- Un cristiano es un soldado espiritual

Necesitamos comprender desde el principio de la vida cristiana que estamos enfrascados en una seria guerra espiritual.

2 corintios 4:4 “en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”.

Pablo dice: “Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo.” 2 Tim. 2:3). Un buen soldado vive bajo disciplina. Un buen soldado es consciente del peligro y sabe cómo evitar los lugares donde no necesita estar. No “se enreda en los negocios de la vida”. Es decir, se mantiene fuera de los negocios que destruyen su fe. Un buen soldado agrada a su capitán.

 *Los grandes líderes militares tienen cualidades que les caracterizan y en mucho fueron la clave de su éxito, de entre ellas puedo citar:
el coraje,  la disciplina, el desinterés, la competencia profesional,
la humanidad, la confianza en sí mismo, la lealtad, la entrega, la voluntad, la energía,  la firmeza.

 *Otros autores citan:   el patriotismo, el honor,  la prudencia,  la justicia,  la integridad , la fe,  el carácter.

III.- Un cristiano es un atleta.

Atleta viene del verbo griego Athleo significa participar en una competencia. Athleo señala que el atleta compite para ganar. No solamente hay que inscribirnos y participar; sino ganar. Dios nos llama a ¡Ganar!

2 Timoteo 2:5 declara: “Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.” Esto quiere decir que el pueblo de Dios se esfuerza por la excelencia. El atleta debe conocer las reglas del juego. El busca la corona, el triunfo, la medalla. Y debe luchar legítimamente, sin trampas.

IV.- Un cristiano es un obrero.

El obrero o labrador: una tarea fundamental es sembrar la semilla y de acuerdo al concepto bíblico la semilla es la palabra de Dios. El versículo 6 dice que es como un labrador que cuida los campos. Ese nombre significa un obrero del campo. El pueblo de Dios debiera ser conocido dentro y fuera de la iglesia como “obrero”. Todas las iglesias necesitan “obreros gratuitos y hábiles”. Podemos usar varios voluntarios para la tarea cada semana para visitar, para repartir folletos evangelísticos en centros comerciales y en hogares, para visitar a los enfermos, a personas que viven solos. Si deseamos ver resultados en nuestra iglesia, debemos primero ser trabajadores en los campos. Debemos entender que los obreros cooperan con las leyes de Dios del crecimiento y producción. En el ámbito espiritual esta es una verdad central. Debemos trabajar junto con Dios para ver las bendiciones de Dios sobre nosotros. Pablo creía y practicaba esta verdad. Cuando seguimos los principios bíblicos, andamos por las calles evangelizando y dando testimonio. El trabajo es para Dios y su Reino    (Segunda parte).

 

Pbro. Rodolfo Torres Pérez