La justificación es lo que Dios ha hecho por el hombre a través de Jesucristo, ahora veremos lo que Dios ha hecho o puede hacer en el corazón del hombre que se arrepiente a través del Espíritu Santo.
La obra que el Espíritu Santo hace en el corazón del hombre que se acerca a él por medio de la fe en Jesucristo recibe el nombre de conversión o regeneración.
Regeneración en la terminología cristiana es volver a nacer, o nacer de nuevo en Cristo
(Jn 1:12; 3:1-7; 2ª Co. 5:17 y 1ª Jn 3:1-2)
El Nuevo Testamento describe la regeneración de la siguiente manera:
Un Nacimiento.
Dios el Padre es Procreador y el creyente es el que ha sido engendrado por Dios (1ª Jn. 5:1) y nacido del Espíritu Santo. (Jn. 3:8).
Una Limpieza.
Dios nos salvó por el “Lavamiento de la regeneración. (Tito 3:5)
Una Renovación.
Fuimos salvos, no solamente por el lavamiento de la regeneración, sino también por la “renovación del Espíritu Santo. (Tito 3:5)
Una Creación.
Él creó al hombre en el principio, y alentó en su nariz soplo de vida, lo recreó por la operación del Espíritu Santo. (Ef. 4:24)
Una Resurrección.
Así como Dios proporcionó vida al barro o arcilla sin vida, para que tuviera conciencia del mundo físico, así también proporciona vida al alma muerta en pecado y la hace consciente de las realidades del mundo espiritual (Ro. 6:4,5). (Primera parte).
Pbro. Rodolfo Torres Pérez