Wasihngton #513 Ote. Monterrey N.L. 8:00 a.m., 10:00 a.m., 12:00 p.m., 2:00 p.m. y 6:00 p.m.


La petición en la oración devocional.


La petición en la oración devocional

       Dios, escucha mi oración y las oraciones de tus servidores que desean adorarte. Haz que el rey me reciba bien y que yo tenga éxito. Nehemías 1:11 TLA

Rick Warren en su libro Liderazgo con propósito: lecciones de liderazgo basadas en el libro de Nehemías trata en uno de sus capítulos acerca de la oración de un líder. Y una de las características de la oración en la vida de Nehemías es que era específico. Warren lo explica de la siguiente manera:

Para obtener respuestas concretas a nuestra oración, tenemos que hacer también peticiones concretas. De no ser así, ¿Cómo vamos a saber que Dios nos ha respondido?

El no tuvo miedo de orar para pedir el éxito. ¿Le has pedido alguna vez a Dios que te ayude a triunfar? Si no lo has hecho, ¿Por qué? Solo hay una alternativa a esto, y es el fracaso. Si lo que estas haciendo es en última instancia para la gloria de Dios, no tiene nada de malo que ores para pedir éxito. Estudia el ejemplo de Nehemías: ora con valentía. Ora para que Dios te dé éxito en la vida, para su propia gloria. Un punto: si no le puedes pedir a Dios que bendiga lo que estas haciendo, tal vez lo mejor que puedes haces es comenzar a hacer algo distinto. Dios no quiere que desperdicies tu vida.

Lo que leemos en Nehemías 1 es solo un ejemplo de sus oraciones durante aquellos cuatro meses. Es de suponer que no repetiría estas mismas palabras una y otra vez durante todo este tiempo. Lo mas probable es que sus oraciones evolucionaran a lo largo del periodo en el que estuvo orando, de manera muy parecida a como lo hacen las nuestras. Mientras mas oramos por algo, mas clara es nuestra oración. Una de las razones por las que Dios retrasa las respuestas a nuestras oraciones muchas veces, es que quiere que nosotros aclaremos nuestras necesidades y deseos.

Me puedo imaginar que Nehemías comenzaría a orar diciendo algo como esto: “Dios mio, tienes que hacer algo por aquella gente. Te ruego que los ayudes”. Tal vez haya orado así durante unas cuantas semanas. Entonces es posible que Dios le dijera: “Nehemías, ¿no estas actuando con hipocresía? Si estas tan preocupado por ellos, ¿Por qué no te involucras en el asunto?” En algún momento dentro de aquel periodo de cuatro meses, se le encendió una bombilla a Nehemías en la mente. “Yo podría ser la respuesta a la oración”, pensaría. “Tal vez Dios me podría usar a mi para reconstruir los muros. ¡Yo lo hago! ¡Estoy dispuesto!” A Nehemías le llevó tiempo comprender la visión que Dios tenia pensada. Primero oro diciendo: “Dios mio, ayuda a los que están allí”. Después dijo: “tal vez Dios me podría usar a mi como respuesta a esa oración”. Ahora por fin ora diciendo: “Dame el éxito”.