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LA PATERNIAD DE DIOS


El año pasado, a mediados del mes de noviembre, vivimos una situación extremadamente complicada en nuestro negocio. Todo parecía indicar que el problema no se solucionaría favorablemente y que lo más probable era sufrir un proceso de quiebra. Cuando más estresante era el problema y más parecía que no había solución, Dios trajo palabras de paz a través de la vida de mi Padre: “No te preocupes hijo, si es necesario adelanto mi jubilación y le inyectamos dinero al negocio.” Al escuchar estas palabras simplemente me quebranté. Ese día por la noche, Dios habló a mi vida recordándome que si mi padre en la tierra, me da cosas buenas a pesar de no ser perfecto, cuanto más Mi Padre Celestial me daría lo mejor, solamente planes y pensamientos de bien para mi vida. Así es nuestro Dios hermanos. Cuando depositamos nuestra fe y confianza en Él, la Biblia nos enseña que nos convertimos en hijos, y como hijos tenemos grandes privilegios, Dios nos da promesas, protección, provisión, amor, vestiduras nuevas, nos delega autoridad, nos da una identidad especial, y podemos disfrutar de una de las características más hermosas de Dios, su paternidad. Como Padre, Dios permite que nos acerquemos confiadamente a Él. Podemos llegar y disfrutar de su presencia, como cualquier pequeño que le da los brazos a su Padre. Tristemente, en ocasiones, el hecho de que nuestro padre terrenal no haya hecho un buen papel, o bien que haya estado ausente en nuestra vida, no permite que podamos entender y disfrutar a Dios como Padre, ya que no tenemos una buena referencia paterna. Sin embargo, el día de hoy hermano, te hago una invitación para que permitas que el Espíritu Santo deseche de tu corazón y de tu cabeza todas esas ideas incorrectas que tienes acerca de la paternidad y que permitas que el mismo Espíritu revele a tu vida a Dios como ese Padre hermoso, cariñoso, tierno, consolador y bueno que es. Por otra parte, si tú ya estas disfrutando el privilegio de ser papá, hoy te recuerdo amado hermano, que nuestros hijos son nuestra responsabilidad, que como padres daremos cuenta de sus vidas delante de Dios cuando estemos en su presencia. Ellos son saetas en nuestras manos, nuestra responsabilidad es pedirle a Dios que nos ayude a que podamos direccionarlos y darles todo el impulso necesario para que den en el blanco, es decir, el propósito que Dios tiene para sus vidas. Es mi oración el día de hoy, que Dios nos dé a todos los que somos papás, la sabiduría para poder guiar a nuestros hijos, que tomemos el rol que Dios nos ha dado y sobre todo que nuestros hijos puedan ver a Dios a través de nuestras vidas. Que el Señor les bendiga hermanos y que pasen un muy feliz día del Padre.

Luis David Álvarez