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LA LIBERTAD FAMILIAR


Libertad: facultad que posee el ser humano para llevar a cabo una acción
de acuerdo a su propia voluntad!
Todos los seres humanos fuimos creados con la capacidad de pensar y tomar decisiones con absoluta libertad. Es lo que se conoce como el libre albedrío. No obstante la libertad tiene un límite bien definido que termina donde comienza la libertad de otra persona, ya que aunque parezca irónico, sólo con límites puede haber libertad. La ausencia de límites va a ocasionar la transgresión de la libertad de otros.

La libertad exige el respeto por la voluntad individual e implica que cada uno debe hacerse responsable de sus actos. La libertad absoluta se conoce como libertinaje, lo cual lleva inevitablemente al descontrol social.

En el ambiente familiar, la libertad debemos entenderla como la facultad de expresar sentimientos y opiniones sin temor a ser criticados o juzgados; y mucho menos a ser ofendidos por nuestra manera de ver las cosas. Es tener el derecho de transmitir lo que pensamos o sentimos aunque estemos equivocados.

El tener la libertad de expresión, no nos da el derecho a actuar lastimando u ofendiendo a ninguna persona de nuestro entorno familiar. Si no estamos de acuerdo en las opiniones, la libertad misma exige el respeto a las opiniones de los otros, aun cuando estén equivocados. Es entonces donde se abre la opción al diálogo que nos permite analizar los conceptos y darnos cuenta de lo que podemos estar equivocados.

2 Corintios 3:17 El Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. 
Esta es una de las más hermosas expresiones bíblicas que nos da la luz de nuestro Padre Celestial, diseñador y Creador del ser humano, acerca de la libertad que todos queremos vivir.  Si y solo si, el Espíritu del Señor está en nosotros, podremos disfrutar de la verdadera libertad. ¿Y cómo obtenemos el Espíritu del Señor?

Salmos 119:44-45 Guardaré tu Ley siempre, para siempre y eternamente. Y andaré en libertad, porque busqué tus mandamientos. Aquí el texto bíblico nos aclara la manera de conseguir vivir en libertad: Obedecer los mandamientos de la palabra de Dios es la única manera de vivir en verdadera libertad.

Vivir en obediencia a las instrucciones bíblicas es: someter nuestra libertad conscientemente a la voluntad de Dios. Entonces podremos disfrutar de la verdadera libertad. Suena contradictorio, pero realmente es la única forma; porque es la que nos enseña el Manual del Fabricante.

Juan 14:15-17 »Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce; pero vosotros lo conocéis, porque vive con vosotros y estará en vosotros.

Amar a Dios es obedecer sus mandamientos. Y entonces EL prometió que por nuestra obediencia, nos daría el Espíritu de verdad. Y donde esté el Espíritu de verdad, allí habrá libertad!

El Espíritu del Señor no nos es dado por manifestaciones religiosas; eso es religiosidad y lo que produce es hipocresía. Únicamente la obediencia a la palabra de Dios es la que produce libertad, amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio propio en nuestra vida. Gal 6:22

En la medida que decidamos obedecer la palabra de Dios, en esa misma medida obtendremos la libertad que anhelamos. Igualmente, en la misma medida que el ser humano desobedezca la palabra de Dios, en esa misma medida sufrirá las consecuencias que incluyen: estrés, desánimo, impaciencia, depresión, cansancio, etc.

Si has estado viviendo encarcelado(a) en las consecuencias de la desobediencia a Dios, toma la decisión hoy mismo de aceptar a Jesucristo como tu Señor y Salvador y somete tu voluntad a la palabra del Señor. Entonces vendrá a ti el Espíritu de verdad que te llenará de libertad, paz y éxito en todo lo que hagas.

Tu Matrimonio y tu Familia es el
Tesoro mas valioso que Dios te ha dado
¡Cuídalo!

Tomado del Ministerio Libres para Amar

Líderes de Escuela de Familias:

Ricardo y Blanca Flores