Los grandes hombres de muchos países tuvieron la visión  de construir grandes naciones. Pensemos en Simón Bolívar, Abraham Lincoln, Benito Juárez, etc.  Edificar cualquier cosa siempre es difícil, y edificar una iglesia tampoco es simple. Los primeros capítulos del  libro de  los Hechos  narran la forma y circunstancias en el nacimiento y desarrollo de la Iglesia  en Jerusalén. Allí encontramos el modelo de todo lo que necesitamos hoy para levantar una iglesia de acuerdo con la voluntad de Dios. ¿En qué consiste esto?

Primero: Llenura con el Espíritu Santo. Se necesita hombres y mujeres con el deseo, pasión y compromiso de ser llenos con el Espíritu Santo. El anhelo de servir con entrega, sacrificio, santidad, y con el poder de Dios. (Hechos 1:8)

Segundo: Continuar en la doctrina apostólica.    -Jesús llamó a los doce hombres y los mandó a predicar el evangelio a todo el mundo (Marcos 3:14). No se detuvieron ante nada; al contrario leemos como fueron puestos en la cárcel Hechos 5:18-19. Les acusaron de llenar toda Jerusalén con su predicación. Quiera Dios que se nos pueda “acusar” de la misma manera en cada una de nuestras ciudades y países.

Tercero: Continuar en comunión con el pueblo de Dios.     – La iglesia primitiva crecía debido a que los creyentes se mantenían unidos. Los primeros 120 discípulos aumentaron a 3,000 y luego a 5,000 pero eso no impidió que sus lazos fraternales siguieran siendo fuertes.

Cuarto: Servicio. Los discípulos en tiempos de la iglesia primitiva se caracterizaban o tenían una marca distintiva “el servicio” muchos dejaron sus bienes y los pusieron a los pies de los apóstoles, otros, les servían a Dios con sus profesiones u oficios; y estos –las profesiones y oficios- no eran impedimento para servir a la comunidad de creyentes.

Quinto: Era un pueblo que oraba.   – Oraban pidiendo, poder, unidad, un verdadero espíritu de adoración; oraban pidiendo un crecimiento espiritual y numérico.    Estos cinco elementos y muchos otros más hicieron que la iglesia estuviera construida sobre fundamentos sólidos. Como son fundamentos bíblicos, son nuestro ejemplo para procurar la misma hermosa experiencia.