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LA GRAN COMISIÓN PARTE 1


18Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

1.- AUTORIDAD ESPIRITUAL

¿Cuál es la Gran Comisión? La mayoría, responden, sin dudar: «Id y haced discípulos a todas las naciones…»

La Gran Comisión no comienza en el versículo 19, sino en el versículo 18

Si hubiéramos sido parte de aquel grupo de discípulos que acompañó a Cristo durante su ministerio terrenal, creo que nos hubiéramos sentido un tanto intimidados por la magnitud de la tarea encomendada. Ejemplos de las dificultades en el ministerio.

El diccionario define la palabra «autoridad» (o potestad, en algunas traducciones) con los siguientes términos: privilegio, capacidad, competencia, libertad, magisterio, potentado, control, poder, derecho, fuerza.Al leer esta lista nos damos cuenta de lo que encierran estas palabras de Cristo: «toda autoridad me es dada». El Señor está hablando de la licencia recibida para avanzar donde quiera, tomar o conquistar lo que quiera, cuando lo quiera y donde lo quiera. Es decir, habrá obstáculos que el enemigo presentará, pero en el nombre del Jesús nos dará la victoria. Sentado a la diestra del Padre, llevando el nombre que está por encima de todo nombre, Cristo ahora es la autoridad suprema y absoluta de los cielos y la tierra.  Debemos movernos en esta autoridad. La timidez y el miedo ya no deben formar parte de nuestra vida. Pertenecemos a la familia de Aquel que ha conquistado la muerte. Mientras vivamos en dependencia absoluta del rey, nadie podrá hacernos frente, ni oponer resistencia.                       

2.- MIENTRAS VAN

            Elverbo «id» no está en imperativo en el idioma original; es decir, no es un mandamiento, aunque la mayoría de los cristianos cree que el mandamiento en la Gran Comisión se refiere a salir del lugar de donde uno está para ir a hacer discípulos. De hecho, muchas de las organizaciones misioneras usan este versículo para motivar a algunos dentro de la iglesia a involucrarse con el trabajo transcultural.

            Al no usar el modo imperativo en el griego, el verbo podría traducirse más precisamente como: «mientras van». Es decir, el «ir» no es el resultado de una acción planificada ni deliberada de nuestra parte. Más bien es el resultado del camino que nos va marcando la vida.

      Por lo tanto, debemos adaptamos a las circunstancias que se nos presentan. Dentro de nuestras actividades cotidianas debemos obedecer el llamado a hacer discípulos. Jesús No planificaba actividades especiales para formar discípulos sino que, dondequiera que iba, aprovechaba las oportunidades para introducir a otros al reino de los cielos. Obedecer la Gran Comisión se requiere de compromiso de todos sus miembros a hacer discípulos a través de la vida que desarrollan de lunes a sábado.

 3.- HACER DISCIPULOS

La definición más sencilla y clara de lo que es un discípulo: es alguien que está siguiendo a Cristo.

 El mandamiento en la Gran Comisión es hacer discípulos. Bien podría traducirse el versículo de la siguiente manera: «Mientras van por la vida, dedíquense a hacer discípulos en todas las naciones…».

            Resulta gracioso porque Id o Ir lo hemos convertido en mandamiento, Mientras que el mandamiento de Hacer discípulos lo declaramos como opción, y no es así. «Hacer». Nos ayuda a tomar conciencia de que un discípulo no se forma solo. Cuando alguien se convierte, no es discípulo. Debe ser formado y capacitado para convertirse en discípulo

Colosenses 1:28-29el trabajo de formación consistía al menos en tres actividades: anunciar, amonestar y enseñar. Según el apóstol Pablo.

8a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre;

            La formación de un discípulo es el resultado de un compromiso profundo por parte nuestra. Debemos estar dispuestos a caminar juntos, a luchar por ellos, a perseverar en la tarea de formarlos hasta que Cristo sea claramente visible en sus vidas. Requiere de un pacto y un sacrificio de nuestra parte. Una vez más, nos damos cuenta de que no se trata de una clase, ni de un curso de tres semanas. Requiere entablar una relación donde, primordialmente, la otra persona observa nuestro propio ejemplo. A esta sagrada y difícil comisión hemos sido llamados.                                                           PARTE 1

                                                                  Pbro. Rodolfo Torres Pérez