“La tarea del docente, que es también aprendiz, es placentera y a la vez exigente. Exige seriedad, preparación científica, emocional y afectiva. Es una tarea que requiere, de quien se compromete con ella, un gusto especial por querer bien, no solo a los otros sino al propio proceso que ello implica. Es imposible enseñar sin ese coraje de querer bien, sin la valentía de los que insisten mil veces antes de desistir. Es imposible enseñar sin la capacidad forjada, inventada, bien cuidada de amar. Con los sentimientos, con las emociones, con los deseos, con los miedos, con las dudas, con la pasión y también con la razón crítica. Jamás sólo con ésta última.” Paulo Freire.
Proverbios 14:13 dice: “La instrucción de los sabios es como una fuente que da vida; los que la aceptan evitan las trampas de la muerte” Proverbios 13:14. NTV. La labor del docente es reconocida por la iglesia siendo un bello servicio a la sociedad, que implica no sólo transmitir conocimiento sino también un testimonio y una oportunidad. No sólo se enseña con la razón crítica, se hace además con las emociones y el afecto. La importancia de que a través de la vida del creyente docente su vida sea un testimonio de amor y paciencia a unos niños y jóvenes que requieren comprensión, apoyo, y consejo. La docencia es entonces un concepto integral, no sólo enfocada a dar conocimiento, es además una oportunidad de dar consejo, de instruir con sabiduría, de ayuda a una juventud y niñez que cada día abandona los valores y se refugia en la subjetividad e irracionalidad. La iglesia no debe salir del mundo (Juan 17:15), pero sí el mundo debe salir de ella; entiéndase que el cristianismo no es un ascetismo, es la segunda Persona de la Trinidad, Jesucristo, quien debe ser llevado a cada aula en el testimonio del docente quien le ha reconocido como Señor y Salvador, para que a través de sus emociones en Él y su convicción en su Palabra no solo guie en cuanto al plan académico sino su vida sea una inspiración que encamine los pasos de sus alumnos al camino de la honestidad y de la Verdad. La instrucción de los sabios se requiere en la sociedad, y ustedes amados hermanos maestros, tienen la oportunidad de concederla a la niñez y juventud al compartir la enseñanza de la Palabra en su consejo, porque la docencia es el recurso que el Señor les ha dado para ello.
Hermano maestro, hoy reconocemos tu labor, esfuerzo, y sobre todo tu vocación. DIOS ha permitido seas un instrumento para instruir con la sabiduría de su Palabra a tus alumnos, y aceptando eviten las trampas de la muerte del mundo. Estás ahí para cumplir con una labor académica pero no olvides que a donde vayas eres servidor de DIOS, y hay una niñez y juventud que necesitan escuchar del consejo de DIOS y recibir el testimonio de que es posible vivir con gozo y satisfacción sin incurrir a lo mundano y deshonesto. No sólo se enseña con los sentimientos, emociones, razón crítica, tú enseñas además con tu testimonio en DIOS y la oportunidad de dar consejo con la sabiduría de su Palabra. Usa tu docencia que es el recurso que DIOS te ha concedido para aportar tu granito de arena en la edificación de una mejor sociedad pero también la de extender su reino e influenciar el mundo por medio Jesucristo, quien es tu testimonio.
¡Feliz día del maestro!
Pbro. Sergio Jonathan Lozano Luna