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HUELLAS DE FE


De pequeñas toda niña juega a ser mamá, las muñecas, los trastecitos y las carreolas son parte de nuestros juguetes. Empezamos a dormir la muñeca cerca de nosotros para que no llore de noche, a cuidarla y bañarla para que duerma tranquila. Y desde pequeñas comenzamos la maternidad con un sentido de protección firme.  Pasan los años y ya en su momento, esa niña ahora mujer, carga en sus brazos a un precioso bebé que requiere de su atención las 24 horas del día. Un hijo es la herencia que Dios pone en nuestras vidas para grabar en él huellas de fe. Como madres tenemos un desafío grande pues estos tiempos son diferentes a los de nuestra niñez, ahora la tecnología y la ciencia están dedicadas a ganar las mentes de una juventud que necesita orientación y además necesita tener en su chips espiritual la  palabra de Jesús cuando dijo: Yo soy el camino, la  verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mí (Juan 14:6). Nuestros hijos requieren ver ejemplos más que palabras en nuestro caminar con Dios, debemos enseñarles una fe práctica donde vean el reflejo de Dios en nuestras vidas. El apóstol Pablo resaltó en Timoteo una huella de fe a través de su testimonio: «Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también» 2ª. Timoteo 1:5. Nuestra tarea es crear una generación mucho mejor para amar, perdonar y buscar a Dios en oración para que sean forjadas brechas generacionales que bendigan y sean de bendición a miles de personas. Le hice esta pregunta a unas amigas y ellas me compartieron su experiencia: ¿En que crees que has dejado huella en la vida de tus hijos?

– Hace ya 15 años me detectaron un tumor en la matriz de 15 cm y me dijeron que me iban a operar, jamás dudé porque me puse en las manos de Dios, y todo el mundo me decía ¿ya te despediste de tus hijos?  Y yo jamás dudé de Dios ni un solo segundo, yo confié en el, y gracias a El por mi vida, les hablamos de Dios desde niños y de la fe de poner todo en las manos de el,  ahora son jóvenes con una gran fe.  Mireya

– Creo que he dejado huella en mi hija, al saber que tenemos al Dios de Infinito poder para sanar, liberar y amarnos profundamente.  Mariester

– Dejo huella en el temor a Dios en cuanto a ser testimonio para mi hijo, en la familia, donde laboro, no puedo pedir algo a Nahum de lo que yo no esté haciendo, que en todo dependemos de el, es nuestro Jehová Jireh.                              Maharaim

– Huellas de fe cuando me ven a mi confiar en El, en Dios. Y la iniciativa de buscarle.                                                                                                                      Julie

– En fe y convicción total en el poder de nuestro Señor.  Iris

– Creo que es fidelidad sobre todo. Carácter pero también mansedumbre.  Gloria

– Dejas huella hasta en el carácter. Muchas cosas las hacen como tu, hablan como tu, usan tus frases, usan tus palabras. En la fe pues tu los has llevado, y han visto lo que haces, mis hijos diezman, saben que es un hecho que deben diezmar. Yo trato de ser ordenada, mi hija cuando vienen sus compañeras de escuela y ven la casa le dicen –ahora sabemos porque eres así, tu mochila siempre ordenada, tus cuadernos, tu puntualidad.  Luisa

– Deben hacer las cosas bien como para Dios y no para los hombres y actuar con honestidad porque el siempre los ve.  Margarita

– He dejado huella en su fe, ministerios y convicciones. Fanny

– Los he traído a la Iglesia y siempre los traeré, ellos deben saber que es importante buscar a Dios en todo tiempo. Madaí

– Orar esa ha sido mi enseñanza, siempre les digo que oren por cada cosa que necesiten, que hablen con Dios y yo me siento con ellos y oramos juntos, eso les ha dado seguridad. Escuchar que oran por si solos es un gran alivio. A ser constantes en todo lo que emprendan.                                                                                       Mariana

«Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del vientre son una recompensa». Salmo 127:3

Que cada día una huella de bendición marque el camino de nuestros hijos. Y veamos el bien de Jehová sobre nuestra casa.

Dios les bendiga ricamente con su amor.

Magda Saldaña de Lozano