Hechos 10:24, 34, y 44. 

Visión celular es entender las células como la forma en la que la iglesia gana a otros para Cristo, es atendida, y se multiplica. Un grupo pequeño es ideal para llevar a otros a la salvación en Cristo, y recibir el alimento espiritual de la Palabra del Señor durante la semana. Por factores como el tiempo y distancia dificultan el congregarse en la iglesia durante la semana, y los grupos pequeños son la respuesta a esa dificultan proveyendo un hogar cercano a cada familia de la Trinidad que aloje a unos cuantos para ser atendidos por la Palabra y la oración a sus necesidades, así como para llevar a los pies de Cristo a quienes no han conocido el amor de DIOS.

Células en hogares, una vez a la semana cerca de tu casa, una visión que compromete a abrir hogares en cada sector de la ciudad y a la disposición de la grey para involucrarse y hacer crecer la obra de DIOS. ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo abrir una célula en hogar? Hay varias maneras, una de ellas: ¡Haz lo que hizo Cornelio! De acuerdo al pasaje, Cornelio invita a su casa a familiares y amistades con la finalidad de compartirles el Evangelio. Abre tu casa para recibir un grupo pequeño invitando a tus vecinos, familiares, amigos, y conocidos que aún no han recibido el mensaje de salvación. Cítalos en tu casa para que se les predique el Evangelio y DIOS hará el resto. Sea tu casa el instrumento que DIOS use para salvar a otros, sea una luz de esperanza para quienes la han perdido, y el espacio donde el Señor pastoree a su iglesia.

¿Estás dispuesto a sumarte a la visión celular? Entonces, invita a tu casa a todos cuantos puedas para que escuchen el mensaje transformador de la Palabra; cítalos un día y hora, y llama a las oficinas de la iglesia para comunicar que tienes un grupo pequeño esperando vayan a compartirles del mensaje de salvación.

La visión celular es de todos, es la iglesia en movimiento, es el Cuerpo de Cristo involucrado en el crecimiento y multiplicación. Sé parte, haz lo que hizo Cornelio, ama a DIOS haciendo discípulos para Jesucristo.

Pbro. Sergio Jonathan Lozano Luna