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HAY DE REFORMAS A REFORMAS


En un tiempo de grandes y diferentes reformas vale la pena hablar del tema; algunas reformas surgen solamente como un pretexto para apoyar los gustos o preferencias de alguien, o bien como un pretexto para beneficiar económicamente a un grupo específico. Sin embargo hubo una reforma hace 497 años que surgió como una respuesta ante los abusos y el engaño que se cometían en contra de la fe de la gente; se les hacía creer por ejemplo, que el cielo se obtenía mediante sus actos y sacrificios físicos, o bien como resultado de cuánto aportaban económicamente al respecto; no había coherencia entre el comportamiento de los líderes religiosos y aquello que predicaban, e inclusive se castigaba físicamente o con muerte a quienes llegaban a estar en contra de lo que la autoridad espiritual dictaba. Aunque conocemos a Martín Lutero, hubo varios más que se levantaron no sólo en Alemania sino en otros países; dos de ellos son bien conocidos por nosotros (ambos se levantaron en España), Casiodoro de Reyna y Cipriano de Valera, quienes a pesar de la persecución, tradujeron la Biblia al castellano. Fue un esfuerzo que llevó a muchos a la tortura e incluso a la muerte.

La Reforma Protestante dio inicio no sólo a iglesias como la nuestra, sino a que la Biblia fuera impresa y llegara a poco a poco a las manos de los creyentes, a quienes se consideraba demasiado iletrados para entender la Palabra de Dios (y aunque es cierto que había poca educación espiritual y analfabetismo esto también fue culpa de los mismos líderes). Una de las mejoras cosas que la Reforma trajo consigo fue que Cristo comenzó a ser el centro de la fe en lugar de otras figuras a quienes se veneraba al mismo nivel que al Señor, de alguna manera el cristianismo volvió a tener a Cristo como centro no sólo en su nombre, sino en su fe. Fue además el inicio de las doctrinas de la salvación por fe y no por obras, por lo que versos como Romanos 5 y Efesios 2 comenzaron a tomar fuerza y a ser entendidos con verdadera claridad por los creyentes; la gente empezó a entender, como lo señala Santiago, que las obras son resultado de la fe verdadera y no la forma de ganar el cielo.

Así que el 31 de octubre no sólo es día de Halloween sino de la Reforma Protestante, algo que tampoco inició en México pero que, a diferencia del primero, ha beneficiado a miles y miles de mexicanos regalándoles la Biblia y una fe centrada en ella con Jesús en el lugar principal… Hermanos, festejemos lo mejor y recordemos mejor a los valientes que se arriesgaron y trajeron tanto beneficio a nuestras propias vidas…

Pbro. Efraín Reyes Bonilla