Wasihngton #513 Ote. Monterrey N.L. 8:00 a.m., 10:00 a.m., 12:00 p.m., 2:00 p.m. y 6:00 p.m.


GRACIAS TRINIDAD


Hermanos, llegó el día en el cual mi familia y yo saldremos de esta amadísima iglesia, lo cual es una experiencia agridulce, por un lado aún no nos hemos ido y ya sentimos que les extrañamos mientras vienen a nuestro corazón innumerables recuerdos de experiencias vividas en esta casa, por otro lado, se nos ha concedido la oportunidad de iniciar una obra nueva dirigida a ganar principalmente a personas que no conocen al Señor, por lo cual tenemos gozo de emprender el vuelo capacitados con todo lo que Trinidad puede ofrecer a los suyos. Tenemos mucha paz al saber que nuestra salida ha sido profetizada en muchas ocasiones durante los últimos 5 años, de modo que queremos que usted entienda que es el Señor quien nos lleva. Y es que aquí en “Trini” nos conocimos (¡mi esposa llegó a los tres años de edad!), recibimos el llamamiento, nos casamos y recibimos a nuestros hijos. En este altar fui ordenado, y en él hemos derramado nuestro corazón en muchísimas ocasiones y hemos podido ministrar también a otros; en los pasillos hemos aconsejado, en los salones hemos enseñado y jugado, limpiado, ensuciado, pintado, ordenado, orado y consolado muchas veces; en las oficinas tomamos muchas decisiones, ministramos y aconsejamos a la iglesia (una vez casi atendimos un parto!); en las calles aledañas predicamos y comimos con ustedes también en los locales cercanos… Llevamos el olor y la unción de esta iglesia y no hay forma en que estos desvanezcan de nuestras vidas porque les llevamos como una marca imborrable en nuestra alma. Yo llegué aquí hace 17 años como un joven con deseos de consagrase y entregarse en verdad a Dios, hoy me voy como un ministro ordenado, enseñado, ministrado, entrenado y con grandes expectativas de honrar a Dios y a esta iglesia extendiendo su reino; se ha dicho muchas veces que Trinidad es una incubadora de ministerios, una madre de iglesias, creo que una vez más esto se corrobora en nuestra familia. No podemos sino agradecer TODO lo que nos han dado, y aunque hemos tratado de pagarlo invirtiendo en ustedes nuestras vidas, creemos que la deuda quizás no está saldada aún porque ha sido mucha la bendición recibida. Nos sentimos muy amados por ustedes y por eso es difícil partir, los extrañaremos constantemente y esperaremos la oportunidad de seguirles viendo en diferentes eventos. Amen a sus pastores que ya están y a los que entran, obedézcanlos, cuiden la casa con celo pero también con amor, guarden los mandamientos de Dios, quédense aquí y háganla crecer, no se vayan porque algo no les gusta sino trabajen para mejorarla cada día, sigan siendo esos que saben atraer la presencia del Espíritu Santo, sigan adorando con gran entusiasmo al Señor, sean luz a la comunidad y al país y sigan siendo un refugio para quien lo necesita, sigan perfeccionándose en el amor los unos para con los otros de modo que los de afuera puedan ver cómo se aman, no murmuren, y sigan siendo un lugar de intercesión y revelación constantes… Gracias a nuestros pastores y a todos los que nos han apoyado en oración, en especie, alentándonos y aún a quienes nos exhortaron con amor genuino. Gracias a los que trabajaron con nosotros en forma directa en algún momento de estos 11 años de ministerio formal y también a quienes nos permitieron a trabajar con ustedes; gracias por su amor y por mostrarlo en forma real y práctica, nos han amado no de palabra sino en verdad (1Jn 3:18)… Jóvenes, aunque nunca han sido nuestros, los amamos como si lo fueran y estarán siempre en nuestro corazón y en nuestras oraciones… Cosas grandes ha hecho el Señor ante nuestros ojos, así como lo prometió (Ex 34:10), de modo que guarden los pactos para que Él siga haciendo cosas tremendas… «Por lo tanto, mis amados hermanos, permanezcan fuertes y constantes. Trabajen siempre para el Señor con entusiasmo, porque ustedes saben que nada de lo que hacen para el Señor es inútil.»1 Cor 15:58 NTV… Nuevamente, GRACIAS AMADA TRINIDAD…

Pbro. Efraín Reyes Bonilla