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#GENERACIONAL (PARTE 2)


Esta es la continuación de una serie de escritos; se trata de la vida de cuatro generaciones en una familia de la Biblia (Abraham y sus descendientes):

Dios le dijo a Abraham tres cosas al inicio:

  • haré de ti una nación grande: Esto se cumplió cabalmente porque, a diferencia de lo que muchos creen, ser judío no es una religión, sino el conjunto de descendientes de Abraham y Sara que hoy forman la nación de Israel. ¿En qué bendijo esto a sus descendientes? En gran manera, por ejemplo en la actualidad un judío que esta en problemas económicos o legales puede pedir ayuda a otros judíos y es casi un hecho que la recibirá (me tocó verlo).
  • Te bendeciré y engrandeceré tu nombre, y serás bendición: El pequeño Isaac no tuvo de qué preocuparse en todo el inicio de su vida, la provisión y la herencia de los bienes fue para él, solo por ser hijo. A los descendientes de ellos se les dio inclusive el Pentateuco, serie de principios que, si se siguen con rectitud, bendicen en cuestiones financiera, espiritual, social, etc., a quienes los siguen. ¿Quién no conoce a Israel o la palabra judío? ¿Cuántos judíos famosos ha habido en la historia?
  • Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré: En toda la historia de Israel Dios bendijo (y lo sigue haciendo) a quienes bendicen a su pueblo. Usted podría cuestionarse tal vez, como yo lo he hecho, acerca de periodos como la invasión asiria, los nazis, y otros periodos nefastos en la historia de Israel; sin embargo debemos diferenciar entre lo que es un trato o disciplina de Dios, y el hecho de que el ama su pueblo e hizo un pacto que cumplirá con ellos hasta el fin de los tiempos.

Estas promesas ahora también nos llegan a nosotros como herencia, somos hijos adoptados (1Pe 2) con derechos prácticamente iguales al pueblo de Israel. Solo por eso nos tocan promesas como su protección, su provisión, su cuidado, su amor, etc.; no obstante es importante hacer una buena lectura de Romanos 9 al 11 para entender por ejemplo, que no todos los descendientes naturales heredarán las bendiciones, sino los descendientes según la promesa (Ro 9:8), lo cual deja fuera a los musulmanes, a los incrédulos, a los que tuercen o adaptan la Escritura y a los enemigos de Dios. La herencia y las bendiciones se vuelven seguras sólo por medio de Cristo y en obediencia a Él, y una vez bajo esta cobertura somos “derechohabientes” de cada promesa, por ejemplo, una nación que salga de nosotros (hijos naturales y espirituales), bendición y engrandecimiento, y bendición para quien nos bendiga, así como maldición para quien nos maldiga.

Finalmente aplicado a nuestras familias, es importante estar también bajo su “cobertura”, dentro de la reglas y entonces podremos ser “derechohabientes” de los pactos que nuestros antecesores han hecho con Dios (así como lo fueron Isaac o Jacob), sólo por ser hijos. Aprovechemos nuestras herencias, compartámoslas, bendigamos, y aprendamos a amar realmente a los nuestros, sean parientes de sangre, o familia en el Espíritu.

Pbro. Efraín Reyes Bonilla