Aunque este término por sí solo puede sonar peyorativo o sectario, en realidad describe en nuestra iglesia y en particular en el contexto de “La Trinidad” a una serie de damas (en todo el sentido de la palabra) que forman un bello grupo que está a punto de cumplir 100 años de existencia. Nació en 1912 y ha tenido diferentes etapas, momentos fuertes y otros no tanto, pero si sigue adelante es, desde mi punto de vista, no sólo porque Dios las bendice sino por su constancia, dedicación y amor. Tengo casi 13 años en esta iglesia y puedo decir con certeza que no se trata de damas débiles a las que la vida les haya sonreído siempre o que hayan siempre gozado de toda la provisión material o que tengan hogares perfectos, se trata más bien de mujeres forjadas en la “Escuela de Dios”, damas de carácter, con grandes principios formados por décadas de congregación y asistencia activa en Trinidad (y aun otras iglesias), por años y años de pruebas que han ido “curtiendo” sus corazones. Se trata de madres, esposas, abuelas (aún una que otra bisabuela), maestras, empleadas, ex-trabajadoras de gobierno y empresas y aun damas solteras de bello corazón con las que siempre se puede tener una charla amena. Usted las verá entre semana varias veces en nuestras instalaciones, ya sea en su reunión de martes en la tarde, o bien tejiendo, cosiendo y aun durante dos días seguidos (una vez al mes) preparando tamales para venderlos, pero no con el fin de llevarse el dinero a su bolsa sino para cumplir metas de apoyo a misioneros y otras personas con necesidades diversas. Las podrá encontrar también varias veces al año yendo a hogares para tener ahí servicios y enseñanzas dirigidas al hogar; casi invariablemente las verá en los funerales de personas de nuestra iglesia (lo cual a mi me bendice mucho) cantando y apoyando a los familiares; las verá, por supuesto, en la librería que ellas administran y las verá ahí durante varias horas… estas damas están y seguirán estando siempre presentes en nuestra iglesia porque son una de las columnas de ella.

El siguiente domingo estaré escribiendo sobre un evento de jóvenes así que quise aprovechar desde este domingo para desearles, a mi nombre y del grupo de jóvenes que represento, muchas felicidades por 100 años de bendición… Sociedad Misionera Femenil “Dorcas, 100 años orando y cooperando”… “Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún” (Heb 6:10)

Pbro. Efraín A. Reyes Bonilla