Durante este mes estaremos hablando del amor, pero no sólo del romántico que es pasajero y está destinado a acabar después de un tiempo, sino del verdadero, del que nunca deja de ser, aquél que está explicado en 1Corintios 13. El día de hoy queremos reflexionar acerca de esta característica: “el amor… no se irrita, no guarda rencor” (v.5), otras versiones dicen, no se enoja por cualquier cosa, no toma en cuenta el mal recibido, no lleva un registro de las ofensas, no se pasa la vida recordando lo malo que otros le han hecho. Antes de creas que este es otro escrito aburrido sobre no ser rencoroso por favor sigue leyendo.
Este asunto tiene que ver bastante con Dios, porque ¿qué pasaría si Dios llevara un registro de nuestras ofensas? pero, ¿no se supone que sí lo lleva, que habrá un juicio donde sacarán todos mis trapos sucios al sol? Y si es así, entonces ¿porqué dice Miqueas 7 «Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. Él volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.»? Aunque soy un gran partidario del uso de otras versiones bíblicas, en el caso de estos versos de Miqueas prefiero la RV60 porque no estoy de acuerdo en cómo tradujeron la palabra olvida (de hecho ni la 60 tiene en este caso la mejor traducción) ya que la palabra hebrea que se usa aquí es ‘âbar que significa no solo pasar sino también cubrir y cargar. El asunto sobre nuestros pecados no es que Dios hizo como si no hubieran pasado, o que se hizo de la “vista gorda” al respecto, mas bien cargó sobre Jesucristo el pecado de todos nosotros (Is.53:6), es decir, proveyó el medio para que no hubiera separación entre Él y nosotros ofreciéndose a sí mismo en rescate… ¡la razón es que Dios no quiere estar enojado con nosotros! ¿No es esto maravilloso? Nos ama tanto que prefiere hacer los sacrificios necesarios (e incluso dar su propia vida) con tal de arreglar nuestras diferencias… Creo firmemente que este es el verdadero significado de no guardar rencor
Y tú ¿qué tanto amas? ¿Te pasas la vida recordando lo malo que otros te hicieron? ¿Te sabes muchas anécdotas y muchas canciones de traiciones y de venganza? ¿Y si mejor permitimos que la Palabra renueve nuestro entendimiento? ¿Qué tal si aprendemos a amar de tal forma que seamos capaces no sólo de perdonar sino de hacer lo necesario para arreglar las cosas?… El apóstol Pedro nos recomienda así: Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados (1Pe 4:8).
Pbro. Efraín Reyes Bonilla