Los primeros siglos de la era cristiana fueron de controversia sobre quién es Jesús. Se comenzó a especular sobre su deidad y divinidad provocando conclusiones teológicas erróneas que señalaban a Jesús como inferior al Padre. Arrio, un presbítero alejandrino, fue el precursor de una herejía que enfatizaba que Jesús no era DIOS sino “la más noble de las creaturas”. Enseñaba que DIOS es unipersonal negando la distinción de personas en su Ser. Para él, Jesús era inferior al Padre porque fue creado en su nacimiento y no existía antes de nacer. Se origina el arrianismo que promueve la postura cristológica que Jesús es inferior al Padre. La controversia propicia el concilio de Nicea en el año 325 teniendo como resolución desacreditar el arrianismo tildándolo de herejía e impidiendo su exposición. La iglesia promulga que Jesús es consustancial al Padre, esto es, que es DIOS, de la misma naturaleza del Padre no inferior a Él. En el concilio de Constantinopla (año 381) se condenada al arrianismo y es excomulgado de la teología de la iglesia cristiana hasta la actualidad.
No obstante, dichas conclusiones son basadas en la iluminación de la Palabra quien revela a Jesucristo como DIOS, no uno diferente o inferior al Padre sino consustancial a:
La plenitud de la deidad (Colosenses 2:9). Tres conclusiones bíblicas teológicas sobre la consubstancialidad de Jesucristo con el Padre:
a) Porque en él habita corporalmente. DIOS fue encarnado en Jesucristo, la deidad no le fue asignada, simplemente habitó, se hizo carne.
b) Toda la plenitud. Dos palabras empleadas que denotan conceptos integrales “toda”, cosa íntegra que consta de la suma y conjunto de sus partes integrantes, sin que falte ninguna, y “plenitud”: totalidad, calidad de pleno. Describen que en Jesucristo no habitó una parte de DIOS sino plenamente, totalmente DIOS.
c) de la deidad. Deidad significa naturaleza divina, esto es, que la naturaleza de ser DIOS habitó corporalmente en totalidad en Jesucristo. Un DIOS (deidad) quien habitó corporalmente en Jesucristo, siendo dos personas distintas (Padre – Hijo) en una sola deidad, DIOS.
La Escritura así misma se interpreta, y cada concepto teológico debe ser a la luz de su propio contexto. La concepción de Jesús como inferior al Padre se debe a una confusión sobre la distinción de Personas en DIOS. En la próxima publicación trataré el tema.
Pbro. Sergio Jonathan Lozano L.