 ¿Se puede dejar de ser padre? ¿Se debe romper el pacto del matrimonio? ¿Debería alguien cambiarse de trabajo, de escuela o de iglesia? La verdad es que el mundo y el diablo están promoviendo la idea de que no hay problema que hagamos cambios a nuestra conveniencia. La fidelidad a nuestros hijos, cónyuge y trabajo ya no son vistas como algo de por vida, sino como algo de lo que uno puede salirse sin gran dificultad pero… esto no siempre fue así… hubo un tiempo cuando los matrimonios celebraban comúnmente 50 o más años de casados, cuando salirse de la casa era prácticamente inconcebible por amor de los hijos, cuando las personas trabajaban por décadas para una empresa, estudiaban todo su ciclo en la misma escuela y no se cambiaban de iglesia, a menos que algo muy grave pasara. Esta falta de compromiso es contraria a la Escritura porque implica infidelidad y doble ánimo, e implica la creencia de que lo más importante soy yo y después el resto del mundo, la cual es contraria a la enseñanza del Maestro de dar nuestras vidas por los demás.
¿Se puede dejar de ser padre? ¿Se debe romper el pacto del matrimonio? ¿Debería alguien cambiarse de trabajo, de escuela o de iglesia? La verdad es que el mundo y el diablo están promoviendo la idea de que no hay problema que hagamos cambios a nuestra conveniencia. La fidelidad a nuestros hijos, cónyuge y trabajo ya no son vistas como algo de por vida, sino como algo de lo que uno puede salirse sin gran dificultad pero… esto no siempre fue así… hubo un tiempo cuando los matrimonios celebraban comúnmente 50 o más años de casados, cuando salirse de la casa era prácticamente inconcebible por amor de los hijos, cuando las personas trabajaban por décadas para una empresa, estudiaban todo su ciclo en la misma escuela y no se cambiaban de iglesia, a menos que algo muy grave pasara. Esta falta de compromiso es contraria a la Escritura porque implica infidelidad y doble ánimo, e implica la creencia de que lo más importante soy yo y después el resto del mundo, la cual es contraria a la enseñanza del Maestro de dar nuestras vidas por los demás.
Del mismo modo un hijo de Dios nunca debería dejar de serlo, es decir, no debería existir alguna circunstancia, sea por descanso, persecución o prueba por la cual abandonáramos la fe con la cual nos hemos comprometido. Llegó julio y llegó el veranoooo!!! Y si eres de aquellos muy ocupados seguramente que disfrutarás la oportunidad de descansar y tal vez hasta de salir a algún lugar, pero… por favor recuerda que vacaciones laborales o escolares no significan vacaciones espirituales… Es un tiempo descanso para algunos pero de “destrampe”, de desorden y de excesos para otros y muchos “hijos de Dios” caen en esto. La razón por la cual la frase está entre comillas es porque si nos gusta tomarnos vacaciones espirituales (dejar de orar, dejar de estudiar la Palabra, de ayunar y de hacer ministerio) entonces no somos hijos de Dios sino congregantes, personas que tienen compromisos temporales que dependen de la agenda nacional de días de descanso.
Por favor sí descansa y si puedes sal a algún lado, ese no es el problema, pero de preferencia no escojas un lugar de desorden para vacacionar y si vas a un lugar así recuerda que ésta es una gran oportunidad para cambiar la vida de alguien (si tenemos la mente de Cristo aprovecharemos las oportunidades para seguir extendiendo su Reino). Sea que vayas a irte o vayas a quedarte por favor haz algo más que nada (ponte a hacer algo); se supone que algunas personas dejan de orar o escudriñar la Palabra por estar tan ocupadas ¿no? Así que podrías aprovechar estos días para orar otra vez, quizá para recobrar la relación fuerte que tenías con Dios, quizá por tu siguiente ciclo escolar. Podrías ponerte al corriente en tu lectura bíblica, podrías ser voluntario en los eventos de la iglesia y aun podrías disfrutar a tu familia, cosas que normalmente alguien ocupado no hace… Nadie espera que una persona sin Cristo sea fiel ni que use sus vacaciones sabiamente, pero todo el mundo espera que los cristianos lo hagamos, la pregunta es… ¿Lo haremos?
Pbro. Efraín Reyes Bonilla