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EL QUE DIRÁN…


Mat 5:11  Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan,  y digan toda clase de mal contra vosotros,  mintiendo.

Una de tantas preocupaciones que lidiamos y tenemos que vencer todos los días, es “el que dirán”; porque lo que oímos o sabemos que otros dicen de nosotros nos afecta tanto, sobre todo si no tenemos un concepto maduro y objetivo de nosotros mismos. He aquí unos versos al respecto:

No estés pendiente del que dirán
Dicen y hablan mucho comentarán
Nunca se cansaran de argumentar
Las almas vacías siempre criticarán
Del alto, del bajo, del blanco, del negro siempre hablarán.

Qué dirán mis  profesoras

Sobre mi olvido, al  respeto,  y a  los buenos modales

Ellas que me enseñaron

A  escribir sin mezclas de mayúsculas y minúsculas

A no escribir por fuera de  los márgenes

A usar las correctas normas de la ortografía

A despreciar  las palabras sucias, groseras y dudosas…

Un día Moisés cuestionó a Dios: ¿Por qué han de hablar los egipcios,  diciendo: (Ex. 32:12); aquí entendemos que a Moisés le preocupaba lo que los egipcios hablaran contra Dios y contra el pueblo de Israel. Le preocupaba porque el había hablado grandes cosas positivas de su Dios Jehová, erigiéndolo sobre los dioses egipcios; pero ahora que Jehová quería destruir al pueblo por su rebelión e idolatría, Moisés estaba abrumado por “el que dirán” lo egipcios. Nuestro Señor Jesucristo nos bendijo con las siguientes palabras:  “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan,  y digan toda clase de mal contra vosotros,  mintiendo. “ (Mt. 5:11). Con estas palabras entendemos que no debemos preocuparnos por “el que dirán” si nosotros estamos creyendo y haciendo en el nombre de Jesús; antes hemos de gozarnos pues nos espera galardón. El problema es cuando “el que dirán” de la gente es cierto y justo, como en el caso de David, en el que el profeta Natán le recrimina “el que dirán” por sus pecados: Pues siendo rey, rico y con muchas esposas, y pudiendo tener más si el quería, dentro de las reglas de Dios, se dejó llevar por sus deseos carnales y pecaminosos al desear una mujer ajena, casada, a quien embarazó y luego quiso ocultar su falta matando a su marido. Por lo que Natán le dice: “Mas por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová”…(2 S 12:14).

En conclusión decimos que “el que dirán” no nos debe de preocupar si estamos haciendo bien, si lo que dicen es mentira, y está dentro de los parámetros de Dios. “El que dirán” si nos debe de preocupar, cuando la gente tiene razón de nuestras faltas y estamos provocando o causando que la gente hable mal de Dios por nuestras malas acciones y haciendo tropezar a nuestros hermanos débiles en la fe. “ sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.” (Ro. 14:13)

Pbro. Lorenzo Reséndiz Arvizu